miércoles, 17 de junio de 2009

Finales NBA (II)

Una vez que los ecos de las celebraciones se van disipando y perdiendo en el viciado aire angelino, comienza el tiempo de análisis. Uno se puede preguntar por los condicionantes que han conformado una final atípica y poco amiga de los pronósticos de inicio de temporada.

Pocos hubieran augurado un emparejamiento que uniese a Magic y Lakers. Apostar por el equipo de Los Angeles era hacerlo a caballo ganador. Cualquier otro resultado que no fuera llegar hasta las Finales hubiera sido un fracaso para los de Phil Jackson. Por posibilidades reales, por el impacto en la Liga y por el rédito mediático, el caso es que los Lakers ya tenían escrito su nombre desde el mes de noviembre.

Si hablamos de Orlando, los parámetros son diametralmente opuestos. Un equipo joven, en crecimiento y con un par de veteranos curtidos no era suficiente argumento como para dotarles de una condición de aspirante. Muchos analistas daban por bueno el que los Magic pasasen alguna ronda de playoff como previo paso al logro de cotas mayores en el futuro. Quizá les podríamos haber incluido en el grupo de "futuribles" junto a los Hawks. En Atlanta deberán esperar más tiempo.

Todos nos equivocamos. Orlando en las Finales adelantando dos pasos de golpe. El contacto con la brisa de los ganadores reprimió sin embargo el ansia de los novatos. Una victoria en cinco partidos y a casa. En la cartilla de los chicos de Van Gundy se debe leer que se peleó, y que se consiguieron marcadores ajustados. Tuvieron que luchar contra el esquema planteado por el auténtico "Señor de los Anillos": Phil Jackson.

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