domingo, 13 de septiembre de 2009

La ÑBA

Muchos están sorprendidos por el pobre bagaje de nuestra selección en el Eurobasket. Nuestra selección, plagada de jugadores con pasado, presente y futuro en la NBA. La misma que asombró no hace mucho y que a punto estuvo de poner a remojo el éxito del último "Dream Team".
La base del equipo es la misma, pero hay una serie de diferencias que subyacen en esta historia que apartan la gloria de un tiempo pretérito.
La clave del sistema de ataque se sustenta en Pau, y el mayor de los Gasol está completamente fuera de forma. La inactividad y la lesión reciente han hecho mella en el jugador de los Lakers, que no es capaz de mantener su efectividad en los tiros libres. Se le espera con ansia.
Frescura. No es Pau el único al que se le nota pesado en el juego. Marc ofrece algún destello de calidad, y se le necesita en la pintura como la avena para las gachas.
Rudy tiene que ser pieza básica, pero le cuesta engrasar y arrancar la máquina. Parece por momentos el escolta de los Blazers más pendiente del arbitraje que de lo que sucede en pista, y eso no es nada bueno.
De Navarro se puede esperar cualquier cosa, aunque es cierto que Juanqui se crece siempre en el transcurso de las competiciones. Será crucial en rondas sucesivas.
Felipe lleva la palabra "coraje" tatuada a fuego en sus entrañas. No desfallece ante la adversidad. No se arruga cuando el sol más calienta, y necesita algún apoyo para que su trabajo se vea recompensado en el marcador. A veces se siente muy solo.
Ilusión. El gran problema de este equipo viene en la mala lectura del juego que están haciendo los bases. Raúl López no debería estar aquí. El que escribe fue admirador de Raúl, y sintiéndolo mucho, creo que sinceramente ya no tiene hueco a este nivel. Estando sano llegó a ser espectacular y alcanzó el sueño NBA en Utah Jazz. Las lesiones en las rodillas le empujaron al ocaso temprano. Da la sensación de que es demasiada responsabilidad para él. Ojalá le vaya bien en Rusia.
Carlos Cabezas sufre de mal de alturas. Una serie encadenada de fallos al inicio del Eurobasket han mermado su condición mental, y sufre al hacer la transición ofensiva. La prueba está en que sus minutos en cancha se han ido reduciendo dramáticamente.
Y Ricky. Ricky tiene que convivir con su condición de estrella sobrevenida, con las lupas que observan al detalle sus movimientos, y con su bisoñez. Se le ha puesto al mando de una maquinaria muy costosa, y se le está haciendo una carga demasiado pesada. Este Europeo enseña hasta ahora lo peor de su juego, como los problemas de tiro, o su neblina transitoria en ataque. Si en Minnesota siguen estos partidos, estarán aplaudiendo con las orejas. Mejor que se quede por aquí, dirán, a ver si progresa adecuadamente.
Ni que decir tiene que la dirección desde el banquillo de Scariolo desconcierta a los propios jugadores, como se puede comprobar en alguna declaración pública disidente.
A pesar de todo somos campeones del mundo y eso se tiene que notar.

1 comentario:

Juan Solo dijo...

Espléndido comentario, Carlos. Yo lo resumo en sensaciones: no veo a los jugadores felices, hablando de sus partidas de pocha. Hay tensión pero la ha habido desde el principio. Que Ricky, tan joven, haya acaparado todas las noticias con su dejarse querer por la NBA y sus coqueteos con la pasta no creo que haya gustado. Le veo un poco crecidito. Me acuerdo de Magic Johnson y su primera temporada en la NBA: jugó el partido decisivo como pívot, base y alero. Y fue elegido mejor jugador de las finales. La grandeza se tiene o no se tiene. Si te arrugas por la presión... no la tienes.