martes, 19 de enero de 2010

Rigor y esperpento

La realidad siempre puede tener varias caras en función de la forma en la que se cuente. Muchos aspirantes a ser líder de opinión divagan sobre la importancia de aspectos a la postre tan míseros de contenido a efectos prácticos como un codazo a destiempo.

Un frustrado Baron Davis soltó el codo sobre Pau, y ésto levantó cierta polvareda en un sector de la prensa que parece estar más interesado en lo difuso que en lo global. Cierto es que se trató de una reacción impropia de un jugador de la talla de Davis, y tampoco es una actitud irreprochable, pero de ahí a considerarlo como motivo de apetura informativa es pasarse.

La NBA se ve salpicada de hechos lamentables, como la vinculación de Shawne Williams con el tráfico de drogas o el posible paseo de Gilbert Arenas por la cárcel. El todavía base de los Wizards se enfrenta a cargos por posesión de armas y puede ver peligrada no sólo su temporada sino su carrera. En una sociedad como la americana se pasa de héroe a villano en un suspiro, y si no que se lo pregunten a Tiger Woods, que de yerno ideal ha pasado a ser un personaje de lo más despreciable. Aquí eso no sucedería mientras convertimos en reyes del "prime-time" a seres de lo más inclasificable o a Belén Esteban.
Mucha culpa la tenemos los medios, que a veces no le damos la vuelta a los datos que se nos presentan y los servimos sin la debida claridad informativa o con acelerada visión. Los que escribimos nos debemos a un valor básico como es el rigor.

Fuera del discurso de intenciones, contamos con una liga que ofrece una tremenda igualdad, con posibilidades de playoff muy abiertas sobre todo en la Conferencia Oeste. Es destacable que los Knicks en temporada de transición estén a estas alturas a un partido del octavo puesto con 17 victorias. La segunda fase se paga un poco más cara en el Oeste. Seguiremos contando...

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