miércoles, 6 de octubre de 2010

Lebron: Un problema de racismo o publicitario

Ser sectario va aparejado a un extremismo incomprendido salvo para el que asiente el discurso. El racismo es un hecho no superado, comprendido pero no asumido en una parte de la sociedad anclada en unas ideas tan caducas como el colonialismo.

Cuando es un dirigente político el que encabeza este tipo de historia, el asunto se hace enorme y se nos cubre de información más o menos interesada. ¿Y qué pasa cuando es un deportista de élite el que asoma el pie por detrás de la puerta?

Se supone que la sociedad entiende que la opinión del deportista se ciñe a los cuatro tópicos de la rueda de prensa posterior al entrenamiento o al partido. Pocos son los considerados por su ágil verbo o su capacidad de análisis. Muchas veces no se quiere ver que hoy en día el espejo para las generaciones más jóvenes son los que visten un determinado calzado o lucen aquellas ropas atractivas. Su valoración puntual de temas de calado se convierte en referencia por falta de costumbre.

Lebron James se pone delante de un micrófono deja entrever que su huída al sur, a Miami, obedece a criterios no sólo deportivos y que tanto las críticas como la falta de popularidad sobrevenida con su decisión tienen ciertos matices "raciales".

Claro, ésto lo dice en horario de máxima audiencia y las alarmas se encienden. Es difícil meterse dentro de la masa gris de Lebron, pero si de verdad lo piensa, creo que no ha calculado la dimensión de sus palabras.

En un mundo lleno de mentiras, de trucos publicitarias y estrategias de mercado de dudosa calificación moral, una argumentación así cae a plomo. Quizá la ausencia de focos durante unas semanas haya magnificado las ideas en el interior de la cabeza de James, y aunque no se tengan demasiado en cuenta sí merecen una reflexión.

¿Con qué objeto alguien que está acostumbrado a vender su talento, sus pies, sus manos y hasta sus sueños realiza una declaración de este calado? Entre todos se debe luchar para que los pensamientos rancios, antiguos e inhumanos como el racismo queden en el destierro, pero pongo en duda que Lebron quiera ser el abanderado de la causa. O quizá sí. Si es así, tendría que dar más recorrido a sus palabras.

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