domingo, 28 de febrero de 2010

Jordan al frente de los Bobcats

Se confirmaron los rumores que venían apareciendo con una intensidad especial en los últimos días. Michael Jordan se convierte en el propietario de una franquicia NBA, tal y como era su deseo manifestado una vez que colgó las zapatillas.

El hasta propietario, el millonario Robert L. Johnson, ya se había cansado de que el dinero se fuese por el desagüe sin remisión. La inversión de Johnson había sido cuantiosa. No sólo había tenido que hacer frente a un pago de 300 millones de dólares que garantizase la viabilidad de la compra, sino que a esta cantidad se añadían una serie de gastos complementarios y necesarios para afianzar el proyecto. En total el bueno de Robert habría desembolsado una cantidad cercana a los 335 millones de dólares, y se estima el volumen de deuda desde que adquiriese los Bobcats en el año 2004 en unos 150 millones.

MJ nunca mostró interés en proyectar su conocimiento del juego como entrenador, y quiso emplear su influencia desde el sillón en algún equipo de la liga. Primero surgió la oportunidad de formar parte del staff directivo de los Bobcats, y Jordan no pudo renunciar a integrarse en un equipo de su estado, del que se siente muy cerca.


Jordan consolida con la compra un poder que ejercía en la sombra, y que le había llevado a la toma de decisiones importantes, o al menos de sugerencias, en cuanto a operaciones y traspasos. Aciertos y algún desacierto. Muy clara es la influencia de MJ en la contratación de su amigo Sam Vincent como entrenador jefe, decisión controvertida y finalmente fallida.



A Michael le queda un equipo en crecimiento, con un jugador all-star como Gerald Wallace, jóvenes prometedores y entrenador como Larry Brown que sabe lo que hace. Han ido subiendo peldaños poco a poco en las últimas temporadas y es posible que la imagen y los contactos de Jordan les ayuden a sanear la economía y a reflotar la franquicia.

El comisionado de la NBA, David Stern, se ha mostrado "satisfecho", entiende que con la llegada de Jordan Charlotte Bobcats "continuarán su crecimiento". Veremos cuáles son los primeros pasos y las primeras decisiones de Jordan como dueño absoluto de los Bobcats.

viernes, 26 de febrero de 2010

Fracaso del draft

Es un tipo muy alto en horas bajas. No es posible entrar en la cabeza de Hasheem Thabeet, pero seguro que tampoco estará viendo en la asignación a un equipo de la liga de desarrollo, la NBDL, la oportunidad de su vida.

Frecuentemente se habla de los "grandes robos" del draft, de fracasos y de aciertos, y en este caso de momento por lo menos apuramos el término "inquietud". Inquietud porque no se puede prejuzgar una carrera que acaba de comenzar, y porque no todos los jugadores tienen un impacto inmediato en la NBA.
Hace unos meses nadie dudaba de que el pívot tanzano iba a entrar dentro de las cinco primeras elecciones. De hecho a medida que se acercaba la cita del draft su valor iba subiendo enteros.
El scouting general otorgaba a Thabeet unas excelentes credenciales como defensor, siendo una auténtica referencia como intimidador y taponador. Suficiente quizá como prospecto de futuro, como muchos le veian, pero que no basta para saciar la sed de inmediatez en el éxito que prima en la NBA. No es habitual que se concedan demasiados meses de aprendizaje, y se espera que una elección tan alta ofrezca resultados tan pronto cuando se calza las zapatillas.

La previsión inicial de los Grizzlies era la de hacerle un hueco junto a Gasol, e incluso la de robarle muchos minutos a Marc. Ya en las ligas de verano se demostró que el tanzano estaba muy verde, así que tomó la decisión de ir introduciendo a Hasheem escalonadamente y sin prisas. Tampoco funcionó, con minutos en pista sus prestaciones no fueron las deseadas, y de repente a las cabezas pensantes de Memphis les dio por correr.

No hay duda a estas alturas de que la progresión de Gasol se ha visto favorecida tanto por la candidez de Thabeet como por la falta de confianza de Lionel Hollins en Haddadi. Aquí no obstante aparece un punto de inflexión para el iraní, que disfruta en los últimos partidos de un buen puñado de minutos. La temporada quizá sea más larga de lo planificado y todos los puestos tienen que quedar bien cubiertos.

Ha trascendido que el GM Chris Wallace ha estado tanteando a más de una franquicia para hacer un cambio de cromos con Hasheem en la operación. Nadie se atreve ahora a apostar por un jugador que despierta más dudas que ilusiones.

Los Dakota Wizards son el próximo destino del tanzano. Comprobaremos enseguida si puede responder al perfil de futurible o se convierte en un juguete roto en manos del marketing y de la escasez de jugadores altos en la liga.

viernes, 19 de febrero de 2010

La gran esperanza blanca

El desenlace del "trade deadline" nos deja unos movimientos que abren un espacio interesante. La partida de los agentes libres que se desarrollará este verano comienza a jugarse desde ya.

Sorpresa o no, el canario Sergio Rodríguez termina en New York después de hacer una breve escala en Houston. La NBA es así. Sin ni tan siquiera presentarse ante Adelman se pone a las órdenes de D´Antoni, recogiendo todo el tiempo en pista que ha esparcido un backcourt infrautilizado y nunca deseado. Ni Larry Hugues ni Nate Robinson fueron del agrado del técnico, y Duhon hace tiempo que se ha convertido en sospechoso. En su ficha ya no contabiliza notas positivas.

Hugues es un tipo con tanto talento como capricho. Su mejor rendimiento ha dependido siempre de la total liberación del "run-run" de su cabeza. El juego del controvertido base se iluminó por un corto periodo de tiempo, el que casi le convierte en all-star. Ahí comenzó su declive.

Robinson ha sufrido el mal de alturas. Las alturas se las dio su primera victoria en el concurso de mates. Su buen hacer en pista a menudo fue difuminado entre el recuerdo de sus vuelos en el fin de semana de las estrellas. Poco que hacer además cuando el entrenador no confía en tí. El desasosiego termina venciendo en la masa gris y te hace realizar acciones estúpidas como la de encestar en tu propia canasta y jugar sin tensión alguna. Mal asunto. Se une al clan "celtic" para darle minutos de descanso a Rondo. Es un buen jugador.

Duhon es un caso raro donde los haya. No demostró gran cosa en los Bulls, ejerciendo su función como suplente y logrando un buen contrato en una franquicia sin rumbo. Sus galones nunca fueron merecidos ni tampoco su puesta en escena fue especialmente meritoria. Juega porque no hay otro.

En este escenario se presenta Sergio Rodríguez, que deja un prometedor equipo para embarcarse en una aventura cuanto menos ilusionante. Por lo visto hace tiempo que es mirado con buenos ojos en New York, y su juego es del gusto de D´Antoni. Quizá necesitaban ver al "Chacho" con más minutos en pista antes de decidirse. Para el canario esta temporada ha habido de todo. Ha habido partidos con muchos minutos y una fase de la temporada donde ha vivido más de mismo.

Se dice que Westphal tenía especial predilección por el español, pero la presencia de tanto jugador ocupando puestos exteriores le cerraba el paso. Digo yo que a veces uno tiene que ser valiente y el coach de los Kings no lo ha sido. Creo que echará de menos al español.
Sergio ya ha debutado con los Knicks, con más de una veintena de minutos. Poco brillo estadístico pero buenas sensaciones de cara al futuro. Mucha suerte Sergio.

jueves, 4 de febrero de 2010

En el caos no hay error

Es posible que en situaciones de crisis un liderazgo no se manifieste, ni que adquiera el suficiente vigor como para sumergir la estima de otros en su propio icono.

La condición de líder es una virtud que requiere de una cobertura que le sirva de estímulo. Jordan no pudo llevar a su equipo a ganar todos esos campeonatos sin un patrón de juego, un guía que fuese capaz de conjugar el talento con el esfuerzo. Phil Jackson repartió la tarta entre el abanderado y los llamados a ser sus escuderos. Es posible que Pippen no hubiese sido allstar sin el aliciente de ser el segundo objeto punzante de los Bulls de MJ.

Esta temporada está siendo nefasta para los Nets. Derribado Lawrence Frank, las penurias del equipo de la otra orilla del río Hudson llenan un pozo sin fondo. El GM Vandeweghe bajó al banquillo para intentar reconducir una situación que ya es insostenible. Lo peor es que los propios jugadores no están nada convencidos y su rendimiento así lo refleja. Las derrotas minan la confianza y no ayudan precisamente a encender la mecha del optimismo.

Se pretendió desde los despachos dar un nuevo rumbo con el traspaso de Carter, para otorgarle plenos poderes a Devin Harris, que estaría rodeado de buenos jugadores en progresión. Aquí se suceden una serie de auténticos golpes de efecto, como la lesión de Harris, la no adaptación de Courtney Lee y la enésima pataleta del chino Jianlian. Se fue cociendo el caldo de una sopa amarga.

La NBA tiene sus peculiaridades. No existe presión por el descenso, y la única motivación pasados tres meses es la lucha por un puesto de playoff. Bueno, ahora los Nets luchan contra la propia historia de la liga, para no batir récords negativos de derrotas en una temporada.

Muchos tienen puesta su mirada en el paralizado cambio de sede, mordiéndose las uñas ante el nerviosismo de que el ansiado traslado a Brooklyn no se produzca. En este momento se complica, y más en la perspectiva de un equipo perdedor.

El nivel de los Nets ha descendido alarmantemente. Incluso un jugador mediocre como Kris Humphries ha tenido sus minutos de gloria. Tampoco ha sido difícil superar a sus compañeros. El talentoso Brook Lopez sigue pensando en la permisividad que el bueno de Kiki tiene con Yi, que ahora tiene vía libre para tirarse hasta las zapatillas. Lopez piensa que ha tirado del equipo en los malos momentos, y que ahora que está en el mejor escenario para ser el líder tiene un escollo que superar. Vía libre para Jianlian y menos importancia en ataque para Brook. Las rencillas no son buenas ni en una situación perdida.

A pesar de todo, en la actual circunstancia ya no hay lugar para los errores, porque cuando un pez se queda sin agua lo único que quiere es buscar un reducto para poder subsistir. En cuestiones de supervivencia el error no es posible, porque sólo se contemplan las salidas sin detenerse en el camino. Los Nets hace tiempo que se equivocaron.