miércoles, 19 de diciembre de 2012

El misterio Vesely


Día de partido. Ronda de calentamiento. Unas sencillas bandejas y algún que otro tiro de media y larga distancia. Salto inicial. Su nombre no vuelve a figurar entre el quinteto de salida. Jan Vesely se acomoda en el banquillo y ve los minutos pasar desde su privilegiada visión de la cancha. Un partido más, suma un DNP en su estadística personal.
Llegó el jugador checo con todas las expectativas puestas en un tipo de 2.11 con pinta de Nowitzki. Nada más lejos de la realidad. Su pasado reciente en Europa despertó el interés en una serie de equipos de la NBA, que suspiran por conseguir una réplica del alero alemán, que tan buen rendimiento ha dado en su extensa carrera. Los ojeadores prestan mucha atención al talento que respire a una altura superior a los 2.10 con tiro lejano y con prestaciones cerca del aro. Por estos lares tenemos asumido hace tiempo que quien encaje en este perfil será drafteado pronto. Es el caso de Vesely, que disfrutó de su condición de líder en un exitoso Partizan de Belgrado y que ahora vive la cara más amarga de su avetura americana.
Al checo se le acusa de falta de agresividad. Lo hace su propio entrenador, Wittman, al que en el punto en el que se encuentran los Wizards le valdría casi cualquiera que quiera asomar el pie por detrás de la puerta. Está la franquicia capitalina sumida en una frenética búsqueda de identidad con bajas importantes, con un base que no lo es y que no se muestra cómodo en esa posición como Crawford, y con pivots como Okafor o Nene que no acaban de encajar en el proyecto. Es el escenario perfecto para demostrar tus condiciones sin demasiada presión para alguien como Vesely, que puede jugar de tres o de cuatro.
El checo gozó la temporada pasada de su condición de titular, a pesar de que sus promedios no iban en paralelo con el tiempo en pista. Se tuvo una paciencia que ya se agota. Son ya un puñado de partidos en los que no ha saltado a la cancha. Esto para un jugador elegido en el número 6 de un draft es duro.
Wittman espera que sirva como toque de atención, como colleja pública para que espabile y se convierta en el jugador que los Wizards quieren que sea. Dominante en el ataque y segunda o tercera línea ofensiva tras la vuelta de John Wall, al que le queda una parte de la recuperación de la grave lesión que sufrió.
No extrañaría que el checo se sume a la lista de traspasables. Eso si no está Washington negociando ya una salida satisfactoria. Todavía tiene Vesely cartel por venir del draft del año 2011. Lo que está claro es que su bombilla se ha apagado y precisa de alguien que le ayude a encontrar el interruptor. Su futuro NBA peligra. Tiene que demostrar que es válido para esta liga.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Sin solución laker


El asunto ya apunta a peligroso. Por las expectativas generadas nadie apostaría a que a estas alturas los principales contenidos de las corrientes de opinión NBA girarían entorno a un calamitoso inicio de temporada como el de los Lakers. Digo peligroso pero casi podría decir dramático. En lo deportivo, que nadie se equivoque.
Los síntomas se atascan en una nebulosa cada vez más espesa. Las soluciones parece que se pierden entre tanta declaración y contradeclaración. Si ayer el problema era Pau, sus rodillas, y su falta de encaje en el sistema D´Antoni, hoy anda mutando en dirección al gestor del banquillo. Kupchack y Buss no descartaban abiertamente una operación antes del trade deadline en la que se viese implicado Gasol. Con la baja de Pau en los últimos partidos los dedos acusadores han cambiado de objetivo, y es entonces cuando Kupchack quiere dar imagen de estabilidad de un proyecto que está perdiendo contacto con el timón. "No hay previsto un traspaso de Pau" viene a contar.
Spoelstra hace unos años vivió una situación compleja en Miami, con un errático comienzo de competición. El equipo se rehizo antes de que la hiriente prensa le desarmase por completo y se instaló una velocidad propicia. Aquí no va a suceder lo mismo. Aunque estemos apenas en diciembre, ya ha habido un cambio de entrenador y las cosas van a peor. Realmente D´Antoni se está replanteando su filosofía. O al menos debería hacerlo si no quiere que el peso de la historia le pase por encima. No solicitó el puesto, el error viene de arriba, pero debe afrontar el reto más importante de su carrera. Se demuestra partido a partido que su sistema se hace pedazos en la pista. A su equipo le cuesta correr, y a pesar del cambio de base (Duhon por el bisoño Morris) nada funciona. Y Kobe se resiente de la falta de liderago en el puesto de uno. Es capaz de crearse sus propios tiros, pero cuando uno solo lanza más a canasta que el resto de sus compañeros, algo huele mal. Difícil que se traduzca en victoria. Dice Bryant que vive lo más complejo de sus 17 años de carrera. No es ningún chaval pero se pliega a la exigencia de velocidad de su entrenador. Howard no encuentra su hueco en ataque y no hay nadie que asome la cabeza con regularidad.
Escuchamos o leemos a todo un Magic Johnson pedir que se respete a Gasol, a sus galones, a su reconocido estatus y a su valor en el poste. Esto es darle una sonora bofetada a la bancada laker. Significa que el rápido sistema de D´Antoni no vale en el Staples...quizá para sus vecinos Clippers sí.
Se espera con ansia la vuelta de Nash. Una vuelta que se retrasa. El tiempo sigue pasando y el estado físico del canadiense será una incógnita cuando regrese. Dudoso que exista un acoplamiento inmediato, por lo que podemos meternos en el mes de febrero y el devenir de los Lakers permanecerá en un temblor constante.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Kobe Bryant: frustración y éxito


Un récord de anotación no es asumible por muchos en la NBA. Kobe Bryant ya suma unos cuantos. En la época actual anotar 81 puntos en un partido es como escribir con pluma en la era digital. Lo logró ante los Raptors en una jornada que queda para el recuerdo. Tirador infatigable, a veces desesperante, no hay que restarle ni una pizca de mérito a su reciente gesta, al ser el más joven en la historia en alcanzar los 30 mil puntos. Supera a Chamberlain. Abdul-Jabbar, Karl Malone y Jordan, su espejo más fiable. A Michael le tuvieron que esperar en su última reaparición en Washington para llegar a esa cifra de ensueño.
Kobe por momentos parece un chiquillo de nuevo cuño en la liga, con su destello de liderazgo que arrastra a su equipo en lo bueno y en lo malo. Cuanto más lanza a canasta mejor va su estadística pero en paralelo suele viajar un rendimiento colectivo nulo. Él solo quiere ganar ciertos partidos, y él solo a veces los pierde ahogándose en una frustración que le hace escupir declaraciones no demasiado a tono con el aplauso al grupo. Si se desmarcó hace unos días con una seca crítica a Pau, ahora le echa betadine a la herida dándole una palmadita a Gasol. Sabe que el de Sant Boi fue clave en la consecución de sus últimos anillos de campeón, y ahora parecía condenarle a la soledad ante la avalancha de especulaciones y tirones públicos de oreja. Un líder debe saber manejar esas cuestiones. Jordan aprendió antes a hacerlo. También fue un ser egoísta y ególatra, pero supo adaptarse al bien común, y el rédito es palpable.  
La visión de conjunto falla en ocasiones. Está claro que se espera con ansia la vuelta de Nash a las pistas. Confiarlo todo a un tipo de 38 años es como estrenar colchón: nunca se sabe hasta que se prueba unas cuantas noches si le va a venir a uno bien. El canadiense es la esencia del proyecto D´Antoni, que cuenta con Kobe, Gasol y Howard, a los que les urge a adaptarse o morir en la orilla. Invita en ocasiones a la perplejidad. A Pau ya le avisan de que debe encajar, correr, tirar (lo que pueda y le dejen) y callar, porque de otra manera será moneda de recambio. No es culpa de D´Antoni, al que fueron a buscar los directivos de los Lakers.
En toda esta marea, creada por el posible traspaso de Pau y las faltas recurrentes sobre Howard, navega Kobe, inmerso en su propio yo, en su récord, en su empeño por ser el todo del equipo. Bryant nunca supo llevar un grupo, fueron otros los que le pusieron la alfombra roja. Phil Jackson experimentó primero con Jordan, y desplegó su conocimiento adquirido con Kobe. Funcionó. Ahora que tiene que ser la cara visible de la franquicia en busca de un rumbo, no está asumiendo la responsabilidad completa de su parcela. Se esconde en su ficha de anotación. Ahí busca un éxito personal que aleja a su equipo del mejor balance posible.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Las sensaciones de Ricky Rubio


Un chasquido en la rodilla y la ilusión dio paso a la desesperación. Impaciencia por regresar a las canchas, inquietud por saber si la recuperación sería la idónea. La noche que Ricky se rompió persiguiendo a Kobe muchas cosas cambiaron. En primer lugar las ligeras opciones de los Wolves para entrar en playoffs se escaparon como agua por el retrete. Los pensamientos de su compañero Love de aunar reconocimiento individual y colectivo pasaron de largo.
Recuerdo perfectamente la imagen de la lesión de Ricky. En un primer momento no pensé que se trataba de algo tan serio. Las sucesivas repeticiones me hicieron resoplar. La televisión ha enseñado a perder cierta sensibilidad en según que circunstancias. Son tantas las baterías de imágenes de tobillos retorcidos en primer plano, de roturas múltiples, de fracturas del quinto metatarsiano servidas sin rubor, que uno ya juega a pronosticar gravedad y tiempo de recuperación antes si quiera de la llegada del parte médico correspondiente. Aquella noche la rodilla de Ricky fue objeto de especulación, la de los optimistas que soñaban con verle en la final de las Olimpiadas, y la de los pesimistas que apuntaban incluso a una retirada prematura.
Los plazos se han ido apurando y no hay fecha concreta para la reaparición. En la NBA no se suele mercadear con el reingreso de los lesionados. Se pueden manejar fechas aproximadas, pero si se asegura una recuperación con carácter indefinido, uno puede esperar tranquilamente con su té verde.
Recientemente se ha demostrado la ineficacia de adelantar la perspectiva de retorno. Públicamente Bogut y los Warrriors han tenido que salir a desmentir la inminente vuelta a las canchas del australiano, lesionado "sine die", un caso ha sido muy mal gestionado. En paralelo viaja la recuperación de Eric Gordon, sobre el que se llegó a decir que iba a comenzar la temporada. Nada de eso. No ha debutado y ya se ha estirado una posible fecha para ver debutar a Gordon esta temporada.
Ricky ha ido dejando destellos de su estado de ánimo y del progreso de los ejercicios de fortalecimiento de la rodilla vía twitter. Una información que acalla rumores, que silencia el furor de los agoreros y dispersa las ansias de los deseosos de verle con la camiseta de Minnestota. Nadie de su entorno ha sellado una hoja del calendario. Esto redunda en la mejor puesta a punto. Sin presiones. Los médicos le han dado su visto bueno y ya entrena con normalidad, aunque se ha apresurado a decir que no volverá hasta que no se olvide de la rodilla mientras juega. Ricky afirma sentirse casi al cien por cien. Llega lo difícil. Unir las sensaciones mentales con su estado físico, ése el objetivo. Él se siente listo, toca comprobar si su rodilla también. .

viernes, 30 de noviembre de 2012

La beneficiosa sanción a Popovich



Las rotaciones de Greg Popovich durante la temporada son ya muy conocidas en la NBA. El veterano coach de San Antonio Spurs ha ideado con el paso de los años un sistema rentable a largo plazo de reparto de minutos, que no contenta a los buscadores de fortuna en la franquicia texana. Confía Pops en su núcleo duro, en Duncan, Parker y Ginobili, y el resto va ganando su respeto con tiempo y paciencia extrema. En los Spurs hay que currárselo para gozar de minutos en pista. Recuerdo a un DeJuan Blair imponente en su primer all-star jugando con la camiseta de los rookies. Parecía que se iba a devorar los aros de San Antonio en la siguiente década y su expediente tiene a día de hoy unos cuantos partidos en blanco. Como él y como Jefferson, que nunca terminaron de plegarse a las exigencias del entrenador o que no pudieron cumplir con las expectativas. Son tipos de menor caché, como Bowen antes o como Neal ahora, los que terminan por dar la cara. El brasileño Splitter va encontrando su sitio poco a poco.
A lo largo de las últimas temporadas ha buscado Popovich dosificar el tiempo en pista de los veteranos, para poder llegar en las mejores condiciones posibles a los playoffs. Presentes tenemos por ejemplo finales de temporada catastróficos de equipos que han llegado literalmente fundidos. El objetivo es rentabilizar lo mejor posible una plantilla elaborada con el trío estrella y escuderos prácticamente desconocidos, y que estos últimos cuenten con cierta capacidad de iniciativa. Matt Bonner disfruta a ráfagas de su condición de desatascador, enarbolando la bandera del triple imposible con una técnica no digna de ser estudiada en la más purista de las escuelas baloncestíticas. Pero cuando llega su momento estará preparado.
Ahora David Stern amenaza con duras sanciones a los Spurs por sentar de una tacada a Duncan, Parker, Ginobili y Green. Decisión que se justifica por la dureza de una temporada que acaba de empezar. No le importa al comisionado el mes de abril, piensa en el ahora y en lo relativo al prestigio de la NBA. Tampoco le echa un vistazo al resultado ajustadísimo del partido frente a Miami Heat, liderado en filas texanas por jugadores como Neal o Splitter.
Se podrá argumentar que es otorgarle una ventaja crucial al rival, que los aficionados han pagado por ver el mejor espectáculo posible y que las audiencias televisivas se pueden resentir. Una sanción ejemplar en camino.
Invito al comisionado a darse un paseo por España, donde ésto de dar minutos a los suplentes es habitual en la competición copera de fútbol. ¿Qué aficionado de un equipo pequeño no ha visto desfilar por su estadio a una nutrida colección de jugadores del filial del Real Madrid? ¿Acaso no ha pagado el aficionado por ver al Madrid y no al Castilla? Porque bien que se encargan de engordar el precio de la entrada en cuestión.
Vuelvo a aquello que ya comenté en alguna ocasión del cuidado del producto. Realmente a Popovich la sanción le da igual, porque forma parte de su plan. Stern da un puñetazo medido en la mesa y envía un mensaje claro al aficionado: este tipo de decisiones no son toleradas. Consigue forjar una estrategia de protección de la marca NBA, una liga limpia, equitativa y sin dobleces. Ese es el objetivo. Al final nadie sale mal parado, porque los Spurs casi derrotan a Miami, Parker y Duncan han descansado, Stern tiene su titular, y la pureza del producto se mantiene intacta.

jueves, 29 de noviembre de 2012

El futuro de Pau

El agua ya está hirviendo poco a poco en la olla, y desde distintos sectores de la prensa angelina se van introduciendo los ingredientes del caldo. Deseosos algunos de quitarse de enmedio a Gasol porque les sobra hace tiempo. No ha despertado demasiada simpatía en según que cronista la presencia de Pau bajo los aros del Staples. Primero se decía que era blandito, que no bajaba el trasero en defensa y que no intimidaba lo suficiente. Con la consecución de los anillos y la estimable aportación de Gasol la crítica se fue por otros derroteros, basándose en una supuesta falta de química con Kobe y una falta de peso real en el vestuario laker. Los hay que han pretendido hacer daño al de Sant Boi, que de manera inteligente se ha alejado de la polémica. Las demostraciones sobre la cancha siempre. A un recadito picante de la prensa o una punzada de Phil Jackson les respondía con una buena actuación.
El juego NBA le ha ido acercando al aro, desterrando la imagen de Gasol tirando de más allá de cinco metros. En este tiempo ha modificado su mecánica de tiro, más arqueada, ha ganado bastante músculo y ha desarrollado un considerable juego de espaldas. La tendencia de un jugador de su talla sin la eficiencia de Nowitzki alejado de canasta es acomodarse ahí abajo. Lo del talento va por otro lado. Hemos visto una plaga de tipos de nivel bajo obteniendo una rentabilidad bancaria digna de ser estudiada. En muchos casos los kilos derrotan a la sabiduría.
No se desvela un secreto si se dice que la preferencia de Pau en el relevo de entrenador iba orientada a Jackson, que supo exprimirle, motivarle y premiarle a su manera. Y consiguió dos anillos.
Uno se puede hacer una idea del gesto facial de Gasol al enterarse de que el elegido finalmente era D´Antoni, que abandera un tipo de baloncesto que no favorece en nada las actuales cualidades y capacidades de Pau. Rapidez, gusto por los ala-pívots versátiles (Jamison encaja a la perfección en su estilo) y poco aplauso para los que gastan más de cuatro segundos en crearse su propio tiro. Howard y el español se ven claramente perjudicados. Se estorban y no producen. Si los arrastras más allá del poste los pierdes para el interés colectivo. Los porcentajes hablan por sí solos.
Ahora los rumores invaden la red. Knicks y Timberwolves supuestamente interesados. ¿Beneficio para Pau?
Evidente que una salida a cualquiera de estos dos equipos le devolvería su estatus. Adelman juega rápido pero sus pívots son consistentes. En la memoria un excelente Divac en aquellos Kings que enamoraron hace unos años, y en el presente un Pekovic que se luce de forma estable en los Wolves. Definitivamente sería una buena opción, al margen de que contaría con Ricky Rubio para nutrirle de balones donde y como a él más le gustan.
Lo de los Knicks tampoco suena mal. Ya está mayor el frontcourt del Madison, y la inclusión de Pau sumaría talento a la veteranía. Una jugada aritmética interesante.
No entro a valorar los recambios en los equipos. Si cuaja el asunto ya podremos analizar con más detalle su impacto.

martes, 27 de noviembre de 2012

Brooklyn Nets, la nueva vía


Rebautizados en su denominación y trasladados en la práctica. Los Nets abandonaban un penoso pasado reciente en New Jersey para buscar la gloria en New York incrustándose en el populoso barrio de Brooklyn. Decisión tomada por el entonces dueño de la franquicia, Bruce Ratner, en base a una premisa empresarial y económica importante: Brooklyn ofrece un amplísimo nicho de mercado entre los aficionados, deseosos de contar con equipo de basket, siendo un producto más vendible que en la por muchos denostada ciudad vecina.
Desde que los Dodgers cambiaron Brooklyn por Los Angeles a finales de la década de los 50, ninguna atracción deportiva había captado el tiempo y atención de los cerca de tres millones de habitantes de este trozo de New York.
Se estrenan colores oscuros en la equipación y la moderna cancha, que sirven de escapate a un roster remozado a fuerza de talonario, donde la estrella europea Teletovic no encuentra un hueco por el que asomarse. Eso sí, se debe tener presente el horrendo inicio de campeonato de Mirza con porcentajes de tiro dignos del rookie más desnortado.
Anoche se produjo el choque de franquicias neoyorkinas, igualado como los buenos derbis, con final electrizante como los buenos vinos. Nets derrotaron a Knicks y se colocan en paralelo en el casillero de victorias/derrotas. Los del Madison pierden fuelle tras un comienzo de curso fulgurante y sus conciudadanos de más allá de Manhattan van de menos a más, con sus principales valuartes sanos y su quinteto estrella esperando a que termine de hacer efecto el pegamento.
El pívot Brook Lopez, veterano "Net" que va ascendiento desde los infiernos, vaticinaba una pelea por el título esta misma temporada. Es complicado jugar a visionario, teniendo en cuenta el nivel parejo de gran parte de los equipos este año, pero sí que podríamos incluir a Brooklyn como aspirante a comerse la tostada fría y tarde. La competición será larga, y entrarán en juego las lesiones, desajustes, desavenencias y problemas con entornos peligrosos. No sé si Lopez está en lo cierto, aunque es perfectamente plausible pensarlo observando a sus compañeros de vestuario. Es indiscutible eso sí, que se abre nueva vía en el futuro de la NBA, si se hacen bien las cosas en el Barclays Center.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Flopping


"Cualquier acto físico que ha provocado que los árbitros le piten una falta a un rival". Una definición que no por novedosa evitará perseguir el subconsciente de ciertos jugadores que acostumbran a exagerar impactos o contactos para generar un engaño favorable en forma de falta. Gestos que ya han rebosado el límite de paciencia de una liga que apuesta de forma decidida por el "fair play" y la camaradería en pista. Ya se encargó de frenar con técnicas el ansia de protesta de los jugadores tras la señalización de falta, y ahora se da un paso más allá.

El uso de las nuevas tecnologías permite rearbitrar el partido en aspectos concretos. Un ejemplo y un espejo en el que se podrían mirar otros deportes, que a pesar de moverse en la modernidad mediática, todavía manejan esquemas rudimentarios de gestión del producto. Si los partidos y las ligas se comercializan, la pregunta es sencilla ¿Por qué no se cuida el producto de la mejor forma posible? ¿Por qué se siguen consintiendo polémicas innecesarias de dan abrigo a innumerables tertulias en las que la saliva sustituye a una corrección temprana? Por miedo. No sé muy bien a qué, pero por miedo. A lo nuevo, a la dependencia de un sistema que quita poder a los jueces, a la retirada de privilegios quizá. Lo mismo interesa prorrogar las decisiones controvertidas una vez finalizado el encuentro con el objeto de hacer estallar la vena del aficionado. Para que entre al trapo, para que se manifieste y la rueda siga girando.

Reggie Evans tiene el dudoso honor de ser el primer castigado por "flopping". Un tipo duro, veterano en la liga, acostumbrado a bregar bajo canasta y con reputación destacada a la hora de sacar de sus casillas al contrario. A la advertencia por una primera infracción le sigue una multa, que no es muy fuerte en lo económico pero sí en su relevancia. Su nombre aparecerá ligado para siempre a esta sanción.
Preocupaba a las cabezas pensantes de la NBA la proliferación del "flopping", y alguno que otro se apresuró a apuntar a la creciente presencia de jugadores europeos, supuestamente expertos en recurrir a falsear la gravedad del contacto. Pero el primero en estrenarse no tiene origen balcánico, ni nació en Sant Boi de Llobregat.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Los Knicks renacen


En los últimos años el paquete turístico de New York podía incluir una visita al emblemático Madison Square Garden. Para los fanáticos del baloncesto suponía un momento especial al cruzar pasillos impregnados de historia, llenos de fotos en blanco y negro con nombres ilustres. Un colorido tour completado con una parada en los vestuarios, auditorios y finalmente en la grada. En la salida, la foto junto al panel. Y ya. Quizá por la tarde los Knicks jugarían en casa y se conseguiría una entrada a un precio razonable. Interesante por supuesto ver un partido de la NBA, aunque sin demasiada emoción en cuanto a la competitividad del equipo local. El hecho convertido en tradición parece que cambia.
Los años oscuros han dado paso a un arranque de temporada encomiable. Siete victorias y una derrota peleada ante la otra franquicia con comienzo de ensueño, Memphis. Números que hacen levantar la ceja a los seguidores neoyorkinos, que sin tener estadísticas ni datos, con seguridad han sufrido una pérdida en un número estimable al convertirse los Nets en vecinos de Brooklyn.
Extrañaba en cierta medida la polìtica de fichajes de esta temporada, premiando la veteranía sobre la bisoñez. Significativo que Prigioni debute en la liga cuando en el horizonte está bastante más cerca la retirada que sus mejores años. Woodson convenció a Rasheed Wallace para que apartase de su rutina los partidos contra aficionados y se sumase a los profesionales tras dos años de jubilación dorada. Se había especulado en este tiempo con su inminente retorno, pero nada se concretó. El impacto de Wallace en el esquema de juego es evidente, no notándose apenas la inactividad. Le acompañan en labores interiores los veteranísimos Camby y Kurt Thomas, que se complementan a la perfección en estas lides con Chandler. Se puede afirmar sin duda que se trata de la fuerza interior más potente de la NBA. Experiencia, talento y conocimiento del juego, los tres factores que aporta también Prigioni desde el puesto de base.
Kidd abandonó a Cuban y sus Mavericks para unirse a un proyecto incierto en Manhattan. La práctica en este inicio de curso demuestra la casi perfecta simbiosis con Felton en ese puesto de 1-2.
Brewer siempre suma, bajando en trasero en defensa y estirando músculo en ataque. JR Smith juega seguramente el baloncesto más inteligente de su carrera con los grandes. Y nos queda Carmelo.
Al bueno de Anthony las Olimpiadas le han sentado muy bien. No sólo por contar con una medalla de oro de la que poder presumir, sino por el paso adelante que dio en un equipo en el que no estaba nominado como primer espada. Una eficacia en el tiro que rompíó partidos sirvió para relanzar su posición en un vestuario donde había que demostrar muchas cosas. Quizá hasta se dio cuenta de que a veces hay que ceder en beneficio del colectivo. 
Ahora se plantea una problemática que tendrá que resolver Woodson: la inclusión de Stoudemire en un quinteto que funciona bien engrasado. Será entonces cuando se verá si la química realmente funciona y si Amar´e es una ventaja o una china en el camino. Y si los Knicks pueden aspirar realmente a algo.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

D ´Antoni el elegido


La especulación dejó paso por fin a la realidad. Muchos habrían apostado dinero a que Phil Jackson iba a recuperar su viejo sillón especial para dirigir desde el banquillo a sus queridos Lakers. Tan claro se veía que ya se comenzaba a redireccionar el viejo mensaje y los conceptos del ataque ideado por Tex Winter a una renovada plantilla aspirante a todo.
Eran pocos los que creían que D´Antoni realmente tenía alguna opción, y que no se trataba de un candidato de quita y pon a conveniencia del consumo mediático.
 Las horas que sucedieron a la destitución de Mike Brown se manejaron con una puesta en escena discretísima por parte de Jim Buss. Si es cierto que Jackson pedía plenos poderes es algo que se quedará en la famosa reunión, salvo que aparezcan grabaciones del encuentro. El "maestro zen" niega haber solicitado facultades especiales en la gestión más allá de la gestión del vestuario. Poco importa ya. La decisión se tomó al margen de lo que la prensa especializada había vaticinado.
Mike D´Antoni llega tras una errática etapa al frente de los Knicks, con más sombras que luces. Se espera que recupere el vigor mostrado en Phoenix, donde precisamente Nash se convirtió en sus ojos en pista. Uno de los principales avales, sino el único a estas alturas, es la presencia del canadiense y la facilidad que conllevaría la reconversión del difuso ataque en algo más digerible.
El juego de D´Antoni requiere piernas frescas y mente libre. Se comparte un efecto solidario con el balón, que distribuiría Nash. Ahí es donde los críticos de la elección respiran con dificultad. Kobe, Pau y Howard compartiendo tiros. No habrá equidad, básicamente porque los tres no podrán hacer más de una veintena de lanzamientos a canasta, salvo locura colectiva resumida en una pizarra con tachones. Y me refiero a esos tres sin contar con World Peace o Jamison, o el resto de acompañantes que aspiren a jugarse más de 8 tiros por choque.
La cabeza de la otrora estrella del Tracer de Milán tiene que echar humo con las combinaciones posibles de sus clásicas jugadas, retocadas en base a una nutrida colección de nombres.

sábado, 10 de noviembre de 2012

¿Qué pasó con Mike Brown?

Tenemos un finiquito por firmar y un puñado de preguntas, tantas como el aire se pueda llevar. Una decepcionante fase de preparación y una pequeña pero apabullante colección de derrotas hicieron el resto. ¿Son suficientes cuatro partidos perdidos de cinco disputados para buscar el cambio de entrenador? Es la cuestión que más pesa ahora, la duda que salpica los muros del entramado laker, arañado con dolor por los aficionados temerosos de perder de nuevo el barco.
El que Mike Brown fuese capaz de reconducir el penoso comienzo es algo que ya queda atrás. Se sabía que se contaba con un coach experto en armar el equipo desde la defensa, un especialista en este apartado. En Cleveland consiguió grandes éxitos con Lebron a la cabeza pero con jugadores de menor rango, capaces de aceptar sus roles, el liderazgo indiscutible de King James, y la ventaja que da en muchos aspectos el ser el tipo de la derecha de la foto.
Con la nueva configuración, la llegada de Howard, Nash y en menor medida Jamison, el espectro ofensivo se antojaba complicado. Se optó por introducir la "Princeton Offense", con mucha circulación, mucho pase y solidaridad en ataque. ¿Todos dispuestos a aceptar? Sí, pero con matices.
Al renovado estilo le empezaron a salir detractores como las setas al campo lluvioso. Hasta Magic abogaba en menos de 140 caracteres por una rectificación en beneficio del talento de Nash...para qué le habían traído entonces se preguntaría fuera del "tuit". Su gestión de los casi campeones Cavs fue aval suficiente, y lo seguirá siendo en próximas incursiones como técnico jefe a pesar de su mediocre papel al frente del equipo angelino. La vida es así. Volverá a entrar en las quinielas a aspirante a uno de los jugosos banquillos de la NBA, de eso no hay duda.
Y ahora toca hacer caso a la rumorología, sabiamente dispersa entre el mundo on y off line. Se va poniendo la chaqueta laker a D´Antoni por el hecho de estar conectado al juego de Nash. Aislará la ofensiva de Carril y le entregará el balón al canadiense para que lo reparta convenientemente entre el resto, sin que Kobe se enfade. Eso si le toca al bueno de Mike, desterrado de la Gran Manzana por Carmelo.
La perla mediática la encontramos en la enésima búsqueda de Phil Jackson, sonriendo desde su atalaya y esperando acontecimientos. Esta situación tampoco le viene mal. Volver como rescatador al servicio de un roster que poco le podrá reprochar, y que tendrá que bajar la mirada ante la avalancha de críticos que les respiran en el cogote.
Nombres hay muchos. Esperemos a conocer la identidad del escogido.

lunes, 29 de octubre de 2012

El líder que nunca lo fue


Mucho se debate en las últimas horas acerca del gran traspaso que ha echado algo de picante en la previa del arranque de la nueva temporada NBA. El sexto hombre de los aspirantes a todo, Oklahoma City Thunder, deja la franquicia que le vio crecer como jugador profesional en busca de una cuenta corriente más abultada. A primera vista puede parecer así, ya que los renovadísimos Rockets poco pueden ofrecer en el aspecto competitivo en relación a un equipo con trazas de ganador.

James Harden entra dentro del espectro de jugadores de nivel superior de la liga, pero su rendimiento en el momento más caliente de la temporada pasada hizo saltar una pequeña alarma. Anotador infatigable saliendo del banquillo, asumió un rol como falso sexto hombre al estilo de Jason Terry en los Mavericks, con un buen puñado de minutos por partido.
En Oklahoma estaban a la espera de tomar decisiones sobre un gran problema: la suma de egos y de contratos altos. Complicado mantener en el mismo roster por mucho tiempo a Durant, Westbrook, Harden e Ibaka. Contratos que pesan junto al de Perkins. Elección complicada que marcaría el devenir de un equipo que ido madurando en lo exquisito hasta convertirse en contendiente al título. Y le ha tocado a Harden. Más bien porque él no estaba dispuesto a aceptar el cheque ofrecido por el GM Sam Presti. Creía merecer más y en otro lugar más cálido se lo pondrán con pluma negra.
Esto es así. Si los números no cuadran, se deshacen alianzas.

Una jugada interesante no obstante al medio plazo. Acompañan a Kevin Martin desde Houston dos primeras rondas y otro jugador de perímetro que tiene que demostrar sus prestaciones como Jeremy Lamb. Con Harden viajan a Texas un pívot recuperado para la competición como Aldrich, el poco utilizado Hayward y un respetable Daequan Cook.
En el análisis no se puede obviar la otra parte. Martin fue el principal foco del ataque durante varias temporadas en Sacramento primero y en Houston después. Campañas con excelso promedio anotador pero con escasa eficacia de cara a la clasificación. En ninguna temporada sus equipos lograron alcanzar los playoff. Sostiene una más que aceptable hoja de servicios, con progresos anotadores evidentes. Lo que debe demostrar es que puede acoplarse como pieza de ajuste siendo tercera o cuarta mano, y si está dispuesto a ceder galones sin contemplaciones.
A Harden le aguarda el adormecido efecto Linsanity, con una complicada pretemporada, muchas sombras y poca claridad en el hasta hace poco elemento de discordia en NY. Peleará con Lin por el liderazgo en Houston. Lejos del abrazo de Durant y Westbrook, Harden cuenta ya con un espacio abierto en el que recrearse. Lo de Lin está por aclarar. La capacidad de mando es una faceta por descubrir, y elemento clave para dar por válida la apuesta de los Rockets.
Harden y Martin nunca fueron líderes. Los dos por motivos distintos. Uno podrá serlo. El otro ya no.

martes, 23 de octubre de 2012

El ajuste de los Lakers


A 22 de octubre hay muchas piezas en la maquinaria "laker" que deben ser revisadas y puestas a punto. Cierto que la baja de Dwight Howard ha mermado las opciones de preparación en estas semanas, pero la evidencia mostraba un mayor dominio del roster. Al menos a priori.
Todavía está por ver el grado de madurez mental de Kobe para relajar su instinto asesino, tan favorecedor como desesperante por momentos. Un instinto que debe ser modulado por Nash, acostumbrado a bregar en peores circunstancias, con muñecas de peor eficacia. Su hoja de servicios habla por sí sola, y su experiencia da algún que otro sopapo a los críticos.
Un equipo que cuenta con un quinteto envidiable, y con Jamison saliendo del banquillo no es candidato a ser sospechoso. La oscuridad en todo caso puede ir cubriendo a Mike Brown tal y como le sucedión a Spoelstra a los mandos del Lebron-Wade-Bosh team. Es aquí donde la gestión del vestuario cobra la mayor importancia, y donde Brown se jugará gran parte de su prestigio. Los roles y los egos pueden sufrir unas buenas sacudidas, y pocos creo que están dispuestos a convertirse en e objetivo de las lupas, menos a su edad. Ni Kobe, ni Pau, ni Nash, ni tampoco Howard. Pero todos querrán su trocito de un pastel goloso.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Reapertura de sesión

Un nuevo color, un nuevo comienzo. Los Nets cruzan la orilla del Hudson para establecerse en la poblada área de Brooklyn en busca de un vigor que su generoso propietario está dispuesto a darles. Al menos este verano no le ha temblado el pulso al autorizar un vaciado de cuentas para hacer de su quinteto titular una colección de envidiados en la liga. La presentación del pabellón de la reconvertida franquicia generó gran expectación, del mismo modo que la ansiada fotografía de los uniformes de los chicos de Prokhorov. Con unas expectativas altas, se presume que pelearán por algo más que amasar victorias. Lo del título como alguna se apresura a apuntar, creo que queda algo lejos, de momento.
La temporada de los Brooklyn Nets será uno de los atractivos de la temporada, pero dista mucho de alcanzar las cotas de pasión mediática de los Lakers, aspirantes a todo. Su peor enemigo serán ellos mismos, como sucedió con los Heat de Lebron, Wade y Bosh. Sólo su vértigo interno evitará que logren el campeonato. Nash tendrá que hacer valer su sabiduría en cancha y los galones gastados en temporadas de ensueño para canalizar todo el potencial ofensivo y los egos que cruzarán la cancha. El equilibrio que Mike Brown deberá encontrar se puede reducir a una palabra: solidaridad.
En análisis posteriores iremos viendo la configuración de los equipos y sus posibilidades. Que sirva para abrir boca...