lunes, 23 de septiembre de 2013

Un bronce agridulce

Los mejores análisis siempre vienen con el reposo y dejando inyecciones de adrenalina a un lado.
Mucho se viene hablando de las bajas para este Eurobasket, de la conveniencia de escoger a un entrenador bisoño y otras cuestiones paralelas que han afectado en mayor o menor medida el turbulento discurrir de la selección en la competición.
En los partidos de preparación se empezaron a adivinar ciertos desajustes que no terminaron de solucionarse. A pesar de sus declaraciones optimistas con la medalla en el cuello, a Orenga los oídos le seguirán pitando durante una buena temporada. La cabeza del coach se ha pedido desde el lejano partido contra Polonia, con una ironía que ha derivado en virulencia en las redes sociales a medida que avanzaba el torneo. Sus métodos livianos de rendir cuentas en los tiempos muertos ya habían golpeado insistentemente una imagen que será complicada reconstruir. Esa es tarea de la FEB, cuyo máximo dirigente ha permanecido oculto hasta que el brillo de la medalla le ha rescatado de la sombra, menuda casualidad.
Pienso en la cantidad de entrenadores de base que se han partido los cuartos y consumido energías con los chavales, que han celebrado éxitos, y que han sido olvidados. Todos los que pueden ver una meteórica carrera personalizada en un ex jugador que irrumpió en la vida del Estudiantes durante seis partidos oficiales antes de ser despedido al frente del banquillo. Porque nadie debe obviar ese dato. Sentirán envida supongo. Soy firme creyente y defensor de las segundas oportunidades, pero conceder la dirección de un equipo con esta tremenda dimensión a un novato con bagaje exiguo es como presentarse a una partida de mus sin tener ni idea. Ahí el resultado. La autogestión ha sido la tónica predominante y el peligro de dar carta blanca es evidente. Hablamos de jugadores de primer nivel, estrellas en sus equipos, que sin embargo necesitan un guía. En una pista de Carabanchel también se practica un buen tres para tres sin entrenador, pero no deja de ser una pachanga.
Sinceramente espero que el bueno de Orenga amplíe sus conocimientos, que se presente a clinics, que simule dirigir finales apretados en su consola, porque lo que viene es muy grande. Cierto es que recuperaremos a Pau y a alguno más en nuestro Mundial, y eso puede suponer un balón de oxígeno.
Uno no puede ir a la playa sin crema solar porque se expone a las quemaduras, así que mi consejo es que Orenga vaya haciendo acopio de botes...que los va a necesitar.

2 comentarios:

Josué Elena dijo...

Joder, Charly!! Te habras quedado agusto, socio!vaya manita de hostias. Yo estoy de acuerdo en la necesidad de un seleccionador con mas entidad...pero creo que el bronce es mas que suficiente para el europeo que hemod hecho y para la seleccion que había. Y ahí Orenga no tiene culpa del fracaso....ni mèrito en ese bronce

Carlos Sierra dijo...

Tú lo dices. El bronce es más que suficiente. Había muchas expectativas y teníamos bajas importantes. Debemos considerar también el bajo nivel general del Eurobasket. No creo que Francia o Lituania tuvieran mejor equipo que nosotros. La responsabilidad es de todos, pero quien paga la cuenta siempre es el entrenador.