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martes, 27 de enero de 2015

La identidad de Pau y Marc


                                                         
Uno no deja de sorprenderse por la habilidad de este país para aplaudir a manos ardientes en el éxito de ciertas personas y para el escupitajo dialéctico cuando las cosas van mal dadas. Necesitamos un equilibrio entre ambas.Sin entrar en cuestiones políticas que tan al uso podrían venir ahora, mis palabras se refieren a un hecho histórico en el ámbito deportivo, la titularidad de los hermanos Gasol en el All Star Game de la NBA.
He dejado pasar unos días para que los primeros flashes se apaguen, las palabras en noticiarios se centren en el desayuno del Ronaldo o Messi de turno y que todo vuelva a la normalidad, con informaciones repletas de imágenes de futbolistas entrando y saliendo de sus lugares de trabajo en sus coches de alta gama sin bajar ventanillas, de rondos con señores sonrientes. Porque se trata de eso, que después de anunciar a bombo y platillo ese hecho histórico, el baloncesto pasa al plano oscuro en el que se le ha ido instalando ante la tremenda pasividad de unos pocos que mandan. Pero tranquilos, que el día que New York celebre el partido repetiremos estructuras y aplaudiremos con manos ardientes.
Mientras tanto, los Gasol siguen a lo suyo, haciendo sus números y permitiendo el crecimiento de sus equipos. Lejos de las encuestas que han ido saliendo en jornadas presentes preguntando por el mejor de los hermanos, que imagino les provocarán una risotada.
Sus perfiles son bien distintos. Pau accedió a la élite bien bisoño, y despuntó en la NBA obteniendo el galardón de "novato del año". Tras llevar a los Grizzlies al Playoff pasó un tiempo de horas bajas en lo colectivo asumiendo una condena basada en un cambio de su técnica de tiro y ajustes en su juego. Y los Lakers llamaron a su puerta para revertir una tendencia lánguida y añadir su nombre a la gloria del equipo angelino.
En el caso de Marc, tuvo que superar una colosal muralla interna antes de triunfar. Una muralla edificada por su impropia forma física primero, con una moral golpeada por entrenadores que le negaron minutos, y que fue derribando poco a poco hasta hacerse fiel a la dieta sana y a una puesta a punto física constante. Los resultados han ido apareciendo paulatinamente, mejorando sus prestaciones curso a curso, siendo referente dentro y fuera de la cancha de Memphis, el mismo lugar que vendía barbas postizas en honor a su valeroso líder, Pau Gasol. Ahora le rinden honores a su hermano pequeño. Les veremos juntos en la cancha del histórico Madison Square Garden en un salto inicial que hará Historia.

lunes, 12 de enero de 2015

Algo más que un récord para Gasol

                                          FOTO: gettyimages.com

El ocaso de una carrera en la NBA se empieza a vivir entrando en la treintena por norma general. La capacidad atlética se ve mermada drásticamente y lo que responde es el talento y la inteligencia en pista, el conocimiento del juego y el saber leer las mejores opciones propias y ajenas. En el caso de los pívots la edad de supervivencia se exprime gracias al tradicional escaso nivel real en la competición, de modo que el entrenador de turno explotará a su "cinco" fundamentalmente como baluarte. Si aporta algo en anotación pues mucho mejor.
Pau Gasol no encaja en este perfil. Con 34 años y después de quince temporadas en la élite NBA, su momento en los Lakers tocó techo debido a múltiples factores que habían enrarecido de repente su brillante hoja de servicios y su status en la liga. Los que vocean a la mínima ya se habían encargado de dudar de su futuro como arma ofensiva, y le llamaban a ocupar un papel secundario en otro equipo, a ir recogiendo sus velas de éxito para cambiarlas por unas de corto alcance, a cambiar sus condecoraciones por un birrete de colegial. Quedaba claro que su etapa en la franquicia angelina se terminaba y tocaba elegir destino.
Gasol no iba a tener problema alguno en encontrar acomodo en un aspirante al título. Oklahoma City Thunder y San Antonio Spurs movieron fichas, e incluso Durant y Westbrook se hicieron un buen puñado de kilómetros para convencer al de Sant Boi. Sin embargo Pau lo tenía claro. Sería un Bull.
Su inclusión en el róster de Chicago supondría una inyección letal para sus rivales del Este, una catapulta hacia el título. Las dudas sobre el estado físico del base Derrick Rose y su viabilidad para ser el líder en pista de los Bulls se antojaban decisivas, aunque en este punto Gasol fue fiel a su planteamiento y creyó en el proyecto mostrado por los inquilinos del United Center.
La superación de su récord de anotación en la NBA con 46 tantos en su choque ante los Bucks de Milwaukee supone algo más que una cifra estadística. Las nubes y los últimos oscuros días en Los Angeles dan paso a un cielo despejado en una temporada que significará el regreso de Gasol al All-Star, en compañía de su hermano Marc. El ocaso está lejos.

martes, 22 de enero de 2013

La suplencia de Gasol


La efervescencia de la situación de Pau en los Lakers está de nuevo en su punto más álgido. Su reciente lesión le permitió coger un poco de aire para encarar la asunción de un rol desconocido. Pocos podían ver realmente en la práctica a Gasol saliendo del banquillo, teniendo en cuenta su peso deportivo y económico en la franquicia.
A la baja del catalán se sumó temporalmente la de Howard, fuera completamente del proyecto D´Antoni. En este tiempo se comprobó que un jugador con minutos puede progresar. Nombre y apellido: Earl Clark, un tipo con tres años de experiencia en la liga con tres equipos distintos y con sólo 156 partidos a sus espaldas. Nadie confió en él, y no tenía mucha pinta de que en Los Angeles iba a vivir su sueño dorado hasta que el vaciado de la zona interior obligó al entrenador a otorgarle minutos. Cumplió, y demostró que su perfil encaja más con el gusto del coach, con piernas más rápidas y aparentemente con mejor movilidad que Gasol. Claro, que ante esta oportunidad tiene que salir a morder en cada partido.
Esta nueva variable ha ayudado a D´Antoni a justificar la suplencia de Pau, teniendo a Clark como cuatro fresco con el que supuestamente romper por dentro junto a Howard. Gasol se quedaría con unos 20/25 minutos saliendo del banquillo para dar descanso sobre todo a Dwight. Escaso tiempo e pista.
La cara y los gestos de Pau demuestran su malestar, públicamente manifestado sin añadir demasiada leña, como por otra parte es costumbre en el de Sant Boi. En el fondo prima su condición de profesional, y la obligación de acatar lo que la dirección técnica decrete. Otra cuestión bien distinta viaja en paralelo, como es su status, trayectoria y el simbolismo de la decisión de D´Antoni, que puede suponer un mensaje sobre su aparente cuesta abajo y una llamada de atención al nivel actual de Gasol. La reivindicación es consustancial a esa toquecito, apreciado hace dos noches cuando la expulsión de Howard le hizo recuperar su sitio y alguna de las mejores sensaciones. Puede hacer su trabajo cuando le dejan, del mismo modo que en pasadas ocasiones ha experimentado cierta fragilidad mental cuando sus condiciones se han puesto en duda. Ha sido y es parte del bagaje de Pau, sin enseñar banderas ni exasperar nacionalismos, aspecto que es harto comprobable en las redes sociales. Gasol es y será una estrella NBA, y cuando llegue realmente su onda descendente habrá que contarlo, aunque a alguno le cueste asumirlo. No obstante hemos de aclarar que ese momento no ha llegado, y que su carrera al más alto nivel se puede extender al menos tres años más en la NBA, seguramente en otro equipo.
La dureza de la piedra mental de D´Antoni es significativa, con erosión pero sin rectificación. A las críticas el técnico responde con una dosis más profunda de su estilo, colocando a Gasol fuera del quinteto y entregando balones a Clark detrás de la línea de tres puntos, justo donde quiso pintarle la marca a Pau.
Es un pulso que D´Antoni quiere echarle a prensa contraria y detractores desde que en los Knicks se le quiso hacer la vida imposible. Una huída hacia adelante con su cuaderno, el mismo que no sirve en unos Lakers que se desquician a cada paso que da, y que bordean el abismo.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Sin solución laker


El asunto ya apunta a peligroso. Por las expectativas generadas nadie apostaría a que a estas alturas los principales contenidos de las corrientes de opinión NBA girarían entorno a un calamitoso inicio de temporada como el de los Lakers. Digo peligroso pero casi podría decir dramático. En lo deportivo, que nadie se equivoque.
Los síntomas se atascan en una nebulosa cada vez más espesa. Las soluciones parece que se pierden entre tanta declaración y contradeclaración. Si ayer el problema era Pau, sus rodillas, y su falta de encaje en el sistema D´Antoni, hoy anda mutando en dirección al gestor del banquillo. Kupchack y Buss no descartaban abiertamente una operación antes del trade deadline en la que se viese implicado Gasol. Con la baja de Pau en los últimos partidos los dedos acusadores han cambiado de objetivo, y es entonces cuando Kupchack quiere dar imagen de estabilidad de un proyecto que está perdiendo contacto con el timón. "No hay previsto un traspaso de Pau" viene a contar.
Spoelstra hace unos años vivió una situación compleja en Miami, con un errático comienzo de competición. El equipo se rehizo antes de que la hiriente prensa le desarmase por completo y se instaló una velocidad propicia. Aquí no va a suceder lo mismo. Aunque estemos apenas en diciembre, ya ha habido un cambio de entrenador y las cosas van a peor. Realmente D´Antoni se está replanteando su filosofía. O al menos debería hacerlo si no quiere que el peso de la historia le pase por encima. No solicitó el puesto, el error viene de arriba, pero debe afrontar el reto más importante de su carrera. Se demuestra partido a partido que su sistema se hace pedazos en la pista. A su equipo le cuesta correr, y a pesar del cambio de base (Duhon por el bisoño Morris) nada funciona. Y Kobe se resiente de la falta de liderago en el puesto de uno. Es capaz de crearse sus propios tiros, pero cuando uno solo lanza más a canasta que el resto de sus compañeros, algo huele mal. Difícil que se traduzca en victoria. Dice Bryant que vive lo más complejo de sus 17 años de carrera. No es ningún chaval pero se pliega a la exigencia de velocidad de su entrenador. Howard no encuentra su hueco en ataque y no hay nadie que asome la cabeza con regularidad.
Escuchamos o leemos a todo un Magic Johnson pedir que se respete a Gasol, a sus galones, a su reconocido estatus y a su valor en el poste. Esto es darle una sonora bofetada a la bancada laker. Significa que el rápido sistema de D´Antoni no vale en el Staples...quizá para sus vecinos Clippers sí.
Se espera con ansia la vuelta de Nash. Una vuelta que se retrasa. El tiempo sigue pasando y el estado físico del canadiense será una incógnita cuando regrese. Dudoso que exista un acoplamiento inmediato, por lo que podemos meternos en el mes de febrero y el devenir de los Lakers permanecerá en un temblor constante.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Kobe Bryant: frustración y éxito


Un récord de anotación no es asumible por muchos en la NBA. Kobe Bryant ya suma unos cuantos. En la época actual anotar 81 puntos en un partido es como escribir con pluma en la era digital. Lo logró ante los Raptors en una jornada que queda para el recuerdo. Tirador infatigable, a veces desesperante, no hay que restarle ni una pizca de mérito a su reciente gesta, al ser el más joven en la historia en alcanzar los 30 mil puntos. Supera a Chamberlain. Abdul-Jabbar, Karl Malone y Jordan, su espejo más fiable. A Michael le tuvieron que esperar en su última reaparición en Washington para llegar a esa cifra de ensueño.
Kobe por momentos parece un chiquillo de nuevo cuño en la liga, con su destello de liderazgo que arrastra a su equipo en lo bueno y en lo malo. Cuanto más lanza a canasta mejor va su estadística pero en paralelo suele viajar un rendimiento colectivo nulo. Él solo quiere ganar ciertos partidos, y él solo a veces los pierde ahogándose en una frustración que le hace escupir declaraciones no demasiado a tono con el aplauso al grupo. Si se desmarcó hace unos días con una seca crítica a Pau, ahora le echa betadine a la herida dándole una palmadita a Gasol. Sabe que el de Sant Boi fue clave en la consecución de sus últimos anillos de campeón, y ahora parecía condenarle a la soledad ante la avalancha de especulaciones y tirones públicos de oreja. Un líder debe saber manejar esas cuestiones. Jordan aprendió antes a hacerlo. También fue un ser egoísta y ególatra, pero supo adaptarse al bien común, y el rédito es palpable.  
La visión de conjunto falla en ocasiones. Está claro que se espera con ansia la vuelta de Nash a las pistas. Confiarlo todo a un tipo de 38 años es como estrenar colchón: nunca se sabe hasta que se prueba unas cuantas noches si le va a venir a uno bien. El canadiense es la esencia del proyecto D´Antoni, que cuenta con Kobe, Gasol y Howard, a los que les urge a adaptarse o morir en la orilla. Invita en ocasiones a la perplejidad. A Pau ya le avisan de que debe encajar, correr, tirar (lo que pueda y le dejen) y callar, porque de otra manera será moneda de recambio. No es culpa de D´Antoni, al que fueron a buscar los directivos de los Lakers.
En toda esta marea, creada por el posible traspaso de Pau y las faltas recurrentes sobre Howard, navega Kobe, inmerso en su propio yo, en su récord, en su empeño por ser el todo del equipo. Bryant nunca supo llevar un grupo, fueron otros los que le pusieron la alfombra roja. Phil Jackson experimentó primero con Jordan, y desplegó su conocimiento adquirido con Kobe. Funcionó. Ahora que tiene que ser la cara visible de la franquicia en busca de un rumbo, no está asumiendo la responsabilidad completa de su parcela. Se esconde en su ficha de anotación. Ahí busca un éxito personal que aleja a su equipo del mejor balance posible.

jueves, 29 de noviembre de 2012

El futuro de Pau

El agua ya está hirviendo poco a poco en la olla, y desde distintos sectores de la prensa angelina se van introduciendo los ingredientes del caldo. Deseosos algunos de quitarse de enmedio a Gasol porque les sobra hace tiempo. No ha despertado demasiada simpatía en según que cronista la presencia de Pau bajo los aros del Staples. Primero se decía que era blandito, que no bajaba el trasero en defensa y que no intimidaba lo suficiente. Con la consecución de los anillos y la estimable aportación de Gasol la crítica se fue por otros derroteros, basándose en una supuesta falta de química con Kobe y una falta de peso real en el vestuario laker. Los hay que han pretendido hacer daño al de Sant Boi, que de manera inteligente se ha alejado de la polémica. Las demostraciones sobre la cancha siempre. A un recadito picante de la prensa o una punzada de Phil Jackson les respondía con una buena actuación.
El juego NBA le ha ido acercando al aro, desterrando la imagen de Gasol tirando de más allá de cinco metros. En este tiempo ha modificado su mecánica de tiro, más arqueada, ha ganado bastante músculo y ha desarrollado un considerable juego de espaldas. La tendencia de un jugador de su talla sin la eficiencia de Nowitzki alejado de canasta es acomodarse ahí abajo. Lo del talento va por otro lado. Hemos visto una plaga de tipos de nivel bajo obteniendo una rentabilidad bancaria digna de ser estudiada. En muchos casos los kilos derrotan a la sabiduría.
No se desvela un secreto si se dice que la preferencia de Pau en el relevo de entrenador iba orientada a Jackson, que supo exprimirle, motivarle y premiarle a su manera. Y consiguió dos anillos.
Uno se puede hacer una idea del gesto facial de Gasol al enterarse de que el elegido finalmente era D´Antoni, que abandera un tipo de baloncesto que no favorece en nada las actuales cualidades y capacidades de Pau. Rapidez, gusto por los ala-pívots versátiles (Jamison encaja a la perfección en su estilo) y poco aplauso para los que gastan más de cuatro segundos en crearse su propio tiro. Howard y el español se ven claramente perjudicados. Se estorban y no producen. Si los arrastras más allá del poste los pierdes para el interés colectivo. Los porcentajes hablan por sí solos.
Ahora los rumores invaden la red. Knicks y Timberwolves supuestamente interesados. ¿Beneficio para Pau?
Evidente que una salida a cualquiera de estos dos equipos le devolvería su estatus. Adelman juega rápido pero sus pívots son consistentes. En la memoria un excelente Divac en aquellos Kings que enamoraron hace unos años, y en el presente un Pekovic que se luce de forma estable en los Wolves. Definitivamente sería una buena opción, al margen de que contaría con Ricky Rubio para nutrirle de balones donde y como a él más le gustan.
Lo de los Knicks tampoco suena mal. Ya está mayor el frontcourt del Madison, y la inclusión de Pau sumaría talento a la veteranía. Una jugada aritmética interesante.
No entro a valorar los recambios en los equipos. Si cuaja el asunto ya podremos analizar con más detalle su impacto.