miércoles, 25 de febrero de 2009

Espejismo o realidad

Ha llegado el momento. Después de meses de incertidumbre y de especulaciones entorno al futuro de Stephon Marbury, parece que va a volar camino de Boston. Se hará efectivo el "buyout" de su contrato con los Knicks y el bueno de Stephon podrá fichar por los Celtics, que llevan siguiéndole la pista bastante tiempo.

Hemos podido ver vídeos bien editados en los que se aprecia que Marbury no ha perdido un ápice de su capacidad atlética. Incluso el visionado de las imágenes asustaba diría yo. Queda la duda de saber si está preparado psicológicamente para afrontar el reto de ser el segundo base de los "verdes". Si algo le ha fallado a este chico a lo largo de su desaprovechada vida de deportista es la cabeza. No tengo dudas de que las conversaciones con los gestores del equipo del Garden han sido prolongadas en el tiempo, por lo que estarán medianamente convencidos de que Marbury aceptará el rol que se le va a asignar.

Vendrá a sustituir a un más que eficiente Sam Cassell. Sus casos tienen algunos puntos en común. Son dos veteranos con un especial protagonismo anotador en sus carreras llamados a convertirse en suplentes de lujo, dando descanso a un joven Rajon Rondo. Cassell asumió de buen grado su condición, y cambió sus quince tiros a canasta por noche por una buena dosis de banquillo y minutos de tensión en los playoff.
Tengo mis reservas sobre el estado mental de Stephon, que debe tener muy claro que está ante una última oportunidad. Su móvil será borrado de las agendas de los general manager si abandona el barco una vez más. En el caso de que se integre adecuadamente, tendremos que rendirnos eso sí ante el potencial de los Celtics.

domingo, 22 de febrero de 2009

Trade deadline

Un teléfono suena en una solitaria oficina. En la penumbra y bajo una tenue luz un ejecutivo negocia con su interlocutor los términos de una operación por la que intercambiarán jugadores como si fuesen cromos. Como las cifras no cuadran es necesario introducir en la transacción algo de dinero en "cash".

Cada mes de febrero sucede lo mismo. Siempre que llega a su término el tiempo concedido para realizar traspasos, empiezan a sucederse todo tipo de rumores que afectan a la mitad de las plantillas. Se había especulado y se había gastado mucha tinta en supuestos movimientos que afectarían a Sergio Rodríguez. El canario estaba como loco por irse lejos de Portland, y sus deseos confesados reposarán hasta que llegue la época estival.

En cuanto a los traspasos, los Bulls han sido los más activos en los últimos días, redecorando todo el salón con olor a barroco. El general manager John Paxson se había hartado de tanta displicencia y ha abierto las ventanas para dejar salir las impurezas. El renegado Larry Hughes ha sido enviado a New York a cambio de un puñado de jugadores que harán equipo. Ése era el objetivo. Paxson ha decidido darle una segunda oportunidad a Tyrus Thomas para ver si espabila y ofrece las prestaciones prometidas en el informe pre-draft.

Me sorprende que en Washington no haya habido movimientos. Cierto es que por otro lado que tampoco podían soñar con conseguir el dorado con lo que ponían encima de la mesa. Mandan un mensaje claro a su hinchada: esperad al año que viene, este año lo damos por perdido.

Destaco el regalo de Patrick O´Bryant de los Celtics a los Raptors. En Boston no han conseguido hacer de este chico un mocetón de provecho. Se acomodorá muy bien al lado del entrenador Triano, y quizá se aproveche de alguna que otra asistencia de Calderón.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Tiempos modernos

Pasado ya el All Star es momento de reflexionar acerca de lo vivido en Phoenix.
El gran negocio en el que se ha convertido el fin de semana de las estrellas ha provocado que lo que era una mera reunión del mejor coleccionable de jugadores del momento se haya convertido en un espectáculo diverso y con una relevancia dispar. Hemos experimentado este año la consagración de concursos menores, la revitalización del espectáculo de los mates y la instalación en la vulgaridad de un otrora fantástico concurso de triples.

Atrás quedó la victoria del local Larry Nance en un primer experimento de ataque a la canasta en solitario. Lejos están aquellas extenuantes pugnas entre Dominique Wilkins y Michael Jordan que llenaron de luz y color los primeros fines de semana de febrero. Durimendo el sueño de los justos está aquel infravalorado mate de Kenny Smith enfundado en la casaca azul celeste de los Kings. Ahora hay dos valores en alza, dos bregadores del mate convertido en valor audiovisual mundial.
Dwight Howard y Nate Robinson son los nuevos reyes del All Star. Más allá del insulso partido de los domingos ha vuelto a colocarse el concurso de mates como el evento más esperado por los aficionados. Inmersos en la difusión estratósferica de sus divagaciones baloncestísticas, Howard y Robinson se han reiventado a sí mismos y han dibujado una nueva esfera en la que tienen acomodo un balón, una canasta, una cabina telefónica, Supermán y la kriptonita. Si pudiese comprobar lo que ha dado de sí su legado, el señor Naismith pediría algo más que una botella de oxígeno. Los tiempos han cambiado, profesor.

En cuanto a los triples, he de decir que me he llevado una terrible decepción. El que escribe recuerda con nostalgia años pasados en los que con la pantalla dividida en dos, se afanaba en compañía de su hermano en seguir la evolución individual del concurso. De la emoción se ha pasado al sopor, y el nivel ha caído a niveles dignos de la peor pachanga. Ni hay triplistas renombrados ni los participantes demuestran haberle dedicado un rato a preparar lo que se les venía encima.

Y del partido se puede decir que lo mismo de siempre. Poca defensa, poca intensidad, mucho lucimiento innecesario y Pau anotando sus primeros puntos.
No me olvido de Rudy. Sí, hubiera merecido mejor suerte en las puntuaciones.

jueves, 12 de febrero de 2009

La oportunidad

La vida a veces te pone a prueba de golpe, y en ese momento debes responder a las expectativas con la misma rapidez con la que el azúcar se disuelve en el café.
Las cualidades atléticas de Ramon Sessions no fueron suficientes para que los ojeadores de las grandes universidades se fijaran en él. Finalmente se integró en una universidad menor como Nevada-Reno, nada que ver con la lustrosa escuadra liderada en sus mejores tiempos por el histriónico Jerry Tarkanian.
Sessions tampoco destacó especialmente en sus primeras temporadas con los "wolfpacks", y tuvo que esperar a su último año para despuntar y recolectar unos registros dignos de ser objeto de scouting.

Cuando uno habla de bases altos y pasadores, la imagen de "Magic" Johnson es la primera en aparecer por razones obvias. El impacto de "Magic" en la liga es lógicamente incuestionable, y desde su retirada un puñado de buenos jugadores han ardido en su propia inconsistencia, fruto de la necesidad de buscarle un sucesor al maestro. Pero no habrá otro Magic, como no habrá otro Jabbar ni otro Jordan. Anfernee Hardaway tuvo que vivir pisando la sombra del 32 de los Lakers, y el peso de la responsabilidad le impidió rendir a un nivel acorde con su valía real.

Ramon es alto, aunque no entra en el catálogo de bases con cuerpo de alero. Alguien puso en duda sus posibilidades, con unos informes contradictorios. Unos decían que tenía buen tiro, y otros que era un más que aceptable pasador (batió el récord de asistencias de su Universidad). Por todo ello y por una serie de peajes que los equipos tienen que pagar a la hora de seleccionar a jugadores en el Draft, cayó muy abajo en la segunda ronda, justo la que no garantiza un puesto en el esquema deportivo de la temporada en la NBA. Tampoco garantiza un buen contrato, razón por la que muchos europeos no se atreven a dar el salto.

El "workout" fue más que bueno y terminó enfundándose la camiseta de los Bucks. Después de una primera temporada más que accidentada en la que dejó patente su categoría, ha sido hace pocas fechas cuando se ha consagrado definitivamente. El paso por la liga de desarrollo fue clave en la recuperación de las buenas sensaciones.

La lesión del sobrevalorado Luc Ridnour hizo saltar las alarmas en Milwaukee, pero el bueno de Ramon ha conseguido suplir con creces a un Ridnour que huele a carne de traspaso cuando finalice el curso.

domingo, 8 de febrero de 2009

La vida sin Bynum

La engrasada maquinaria "laker" ha visto cómo el motor hacía un atisbo de gripar. La inoportuna lesión de Bynum supone un serio contratiempo para los planes de la franquicia angelina. Se repite la historia del curso pasado, cuando el pívot se rompió justo en el momento más dulce de su carrera. ¿Y ahora qué? Los analistas se esfuerzan en apurar todas las posibilidades de una plantilla con no demasiados recursos en el banquillo.
El punto más importante es la vuelta de Pau al puesto que ocupó en ausencia de Andrew, y un rebautizado jugador de equipo como Odom recibe el premio de la titularidad. Gasol va a disfrutar de más balones en ataque, aunque el desgaste de cara a la segunda fase se me antoja bastante trascendente. Los primeros partidos después de la lesión del pívot han demostrado que Pau y Kobe tirarán del carro con solvencia, y que Ariza presumiblente mirará más a canasta. Está claro que las opciones permanecen intactas, ya que el mismo equipo consiguió llegar a las finales sin Bynum.

El retoque de piezas puede ser incluso positivo para los Lakers. Jugadores como Mihm o Powell van a contar con una oportunidad impagable de ganarse minutos y de subir en la línea de rotación. De momento Jackson parece que se ha decantado por Powell como apoyo en el juego de pintura. Si se despereza y da el paso al frente que se le requiere, en el Staples podrán tener mayor riqueza cuando haya que enfrentarse a Garnett, Perkins o Powe.

En los despachos ya se han apresurado a realizar un traspaso que venía cantado. La situación de Radmanovic en el equipo estaba siendo seriamente cuestionada desde hacía demasiado tiempo, justo desde que se lesionó haciendo "snow" mientras se recuperaba de unos dolores musculares. Si siguió jugando fue simplemente porque no había dónde mirar en el banco. Lo hizo bien y se ganó la continuidad. Ahora se le envía a los Bobcats a cambio de un súper reserva como Shannon Brown y de un caído en desgracia como Adam Morrison. Vendrán a hacer compañía a Jackson y si se adaptan al esquema podrán tener tiempo en cancha. Tengo un interés especial en comprobar qué rendimiento le sacará el maestro zen a Morrison, que venía como estrella y se ha quedado como un jugador vulgar con trazas de ser empaquetado y trasladado vía mensajería urgente a algún rincón de Europa.

miércoles, 4 de febrero de 2009

El gato triste

Los mejores tiempos ya pasaron. La época del juego rápido, electrizante tocó a su fin. Phoenix ha ido dilapidando su crédito a medida que ha retocado el roster. Las consecuencias de una errática planificación deportiva las está pagando de forma particular el líder del equipo, Steve Nash. El ramplón rendimiento del colectivo desencadena una tristeza agónica por la falta de dirección.
Grant Hill ha elevado su nivel, pero no es suficiente. La elevada edad de Nash, Hill y Shaq es una losa que los Suns están asumiendo a un alto coste de cara a un futuro no especialmente halagüeño. Se avecina un desmantelamiento total de la estructura con el peligro consiguiente de colocarse en el vagón de cola.

Si Hill está asumiendo un papel importante en el esquema de ataque, también se puede destacar el esfuerzo de O´Neal, que ha logrado volver al All-Star haciendo lo de siempre, con su juego intenso y su intimidación. Richardson aporta puntos y una defensa razonable, y Stoudamire bastante premio ha tenido con su inclusión en el partido de las estrellas. Por lo demás, se percibe un encasillamiento del brasileño Barbosa a un tercer o cuarto papel de ataque que lejos de motivarle, le provoca una zozobra latente. Poco más hay que rascar, y el "menos bueno" de los gemelos Lopez está demostrando el motivo de que su hermano Brook tuviese doble ración en casa de los Lopez.

La pelea que mantuvieron los Suns con la directiva del TAU por los derechos de Dragic se me antoja excesiva para un bagaje tan poco reseñable del esloveno. A Goran le hubieran venido muy bien los consejos de un constructor de juego como Prigioni.

Mientras tanto, Nash, como el gato está triste, y como Phoenix no despierte, también se pondrá azul.

domingo, 1 de febrero de 2009

All Star Phoenix

Una vez que tenemos confirmada la presencia de Pau en Phoenix, creo que es buen momento para detenerse a analizar la configuración final de los equipos del Este y Oeste en la esperada cita del baloncesto NBA.
Una gran verdad es que el sistema de votación público para elegir a los quintetos a veces produce tremendas injusticias. Habría sido más que llamativa la inclusión en el Este del chino Yi Yianlian, que desde luego no pertenece ni siquiera al cuarto grupo de mejores jugadores de la Liga. Tenemos que agradecer la falta de movilización del pueblo chino para seleccionar a Yi. Entra Iverson, que está haciendo una temporada cuanto menos decepcionante, mirando de reojo el ascensor que va a la planta baja de su carrera. Por lo demás se queda un quinteto potente y compensado con Wade, Lebron, Garnett y Howard.
En el equipo que jugará de local sinceramente me sobra Stoudamire. No alcanza el nivel determinante de otros años, y los Suns navegan a la deriva rozando el último puesto de playoff. Quizá podría haber tenido plaza como reserva, aunque con la cantidad de votos que ha recibido nada se puede discutir. Chris Paul es un merecido titular, y el resto (Bryant, Duncan y Yao) serán allstar toda su vida deportiva.

Capítulo aparte merecen los reservas. Todos los años hay alguna sorpresa mayúscula que se cuela en el fin de semana de las estrellas. Llama la atención en el Este la presencia de hasta tres jugadores de equipos que en este momento no jugarían la segunda fase. Devin Harris está explotando esta temporada con partidos auténticamente enmarcables, pero seguramente se tendría que haber considerado a "Mo" Williams, que guía a unos Cavs con el segundo mejor registro por detrás de los Celtics.

Los Magic aportan a Jameer Nelson y a Rashard Lewis, aunque bien podría haber entrado el turco Turkoglu. Buen premio, que algunos consideran excesivo, para el fenomenal arranque de la franquicia de Orlando.
Siempre se da la circunstancia de que algún jugador llega tarde a la cita, y éste es el caso del "buck" Charlie Villanueva, que ha elevado su juego por encima de su tope en las últimas semanas. Si el All-Star fuese unas semanas más tarde, Villanueva creo que podría haber figurado.
Un hastiado Chris Bosh no ha puesto en funcionamiento una simpática campaña en su favor como el curso pasado, pero sumará una participación más sin haber hecho grandes alardes. Se podría haber rescatado en su lugar a un efectivo David Lee.
Joe Johnson y Paul Pierce son ya habituales y en el caso de Danny Granger estamos hablando del "jugador más mejorado" de la temporada.

Entre los suplentes del Oeste chirría la llamada a David West, que suficiente premio tuvo en la edición anterior y en Phoenix se presume que se le otorgado un sobresaliente cuando su rendimiento es de notable ramplón. Los cimientos de la liga deberían casi tambalearse cuando un jugador tan brillante como Al Jefferson, que es capaz de meterle 34 puntos a los Lakers y ser sólido cada noche, no puede formar parte del espectáculo. Del resto celebro la vuelta de Pau, y no
pongo reparos a Roy, Parker, Nowitzki y Billups. Por su parte Shaq puede sentirse bendecido por los dioses con la suma de un allstar más a su currículum.