sábado, 27 de junio de 2009

La duda de Ricky

Las opciones de desembarcar en la NBA son altas para Ricky Rubio. Demostrado ha quedado tras el sorteo del Draft que no siempre las declaraciones de intenciones se hacen efectivas. Sacramento suspiraba teóricamente por hacerse con los servicios de Ricky, pero a la hora de la verdad las dudas sobre la situación contractual del catalán y un cierto escepticismo entorno al rendimiento inmediato en la liga, hicieron a los responsables de los Kings variar su elección.
La franquicia californiana se decantó por un Tyreke Evans cuya cotización subió como la espuma en las horas previas al Draft, y realizó una jugada casi a escondidas con una operación que terminó con Sergio Rodríguez en las filas de los Kings. Buena suerte para Sergio, que deja atrás su desalentadora etapa en Oregón.

Ahora toca negociar. No me termino de creer las manifestaciones públicas que llegan de Ricky y su entorno, anunciando su presumible vuelta a Europa. Una vez que tomó la decisión de tomar rumbo a los Estados Unidos de la forma que Rubio lo hizo, organizando una pataleta con final en los tribunales para rebajar su cláusula, es difícil la vuelta atrás. Me inclino a pensar en una estrategia para cubrirse las espaldas y forzar una negociación con los Timberwolves.

Su número de elección es alto, y Minnesota sinceramente creo que está ofreciendo a Ricky al mejor postor, ya que escogió a otro base y también cuenta con Telfair. Los rumores apuntan además a un intercambio con los Knicks, que estarían dispuestos a desprenderse de David Lee y Nate Robinson, una contraprestación más que provechosa para los Wolves. Todos saldrían ganando, y Rubio aprovecharía el escaparate del Madison Square Garden para crecer como jugador dentro del esquema ultraofensivo de D´Antoni y engordar su cuenta corriente para hacer frente a su salida de la Penya.

miércoles, 17 de junio de 2009

Finales NBA (II)

Una vez que los ecos de las celebraciones se van disipando y perdiendo en el viciado aire angelino, comienza el tiempo de análisis. Uno se puede preguntar por los condicionantes que han conformado una final atípica y poco amiga de los pronósticos de inicio de temporada.

Pocos hubieran augurado un emparejamiento que uniese a Magic y Lakers. Apostar por el equipo de Los Angeles era hacerlo a caballo ganador. Cualquier otro resultado que no fuera llegar hasta las Finales hubiera sido un fracaso para los de Phil Jackson. Por posibilidades reales, por el impacto en la Liga y por el rédito mediático, el caso es que los Lakers ya tenían escrito su nombre desde el mes de noviembre.

Si hablamos de Orlando, los parámetros son diametralmente opuestos. Un equipo joven, en crecimiento y con un par de veteranos curtidos no era suficiente argumento como para dotarles de una condición de aspirante. Muchos analistas daban por bueno el que los Magic pasasen alguna ronda de playoff como previo paso al logro de cotas mayores en el futuro. Quizá les podríamos haber incluido en el grupo de "futuribles" junto a los Hawks. En Atlanta deberán esperar más tiempo.

Todos nos equivocamos. Orlando en las Finales adelantando dos pasos de golpe. El contacto con la brisa de los ganadores reprimió sin embargo el ansia de los novatos. Una victoria en cinco partidos y a casa. En la cartilla de los chicos de Van Gundy se debe leer que se peleó, y que se consiguieron marcadores ajustados. Tuvieron que luchar contra el esquema planteado por el auténtico "Señor de los Anillos": Phil Jackson.

martes, 9 de junio de 2009

Finales NBA

La experiencia es un grado. Los Lakers hacen valer su acumulación de partidos en finales ante unos novatos en estas lides.
De sorpresa a realidad, los Magic han logrado elevar hasta un límite poco predecible hace unos meses su valor en la post-season. Una buena mezcla de juego exterior-interior con dosis de versatilidad muy útiles en momentos puntuales, así se pueden resumir las bondades de Orlando. La polivalencia de Hedo Turkoglu es un elemento desestabilizador de las mejores defensas del campeonato. Con calidad, visión de juego y con kilómetros NBA en sus pies, el turco juega de base, escolta y alero, y rivaliza con la pizarra más rígida cuando el Sol más calienta.

A priori podría resultar uno de los peores rivales para una indefinida defensa "laker". De jugar por fuera le resultaría complicado el seguimiento a los jugadores exteriores, y de jugar por dentro quizá entre Ariza y Odom podrían hacerle sombra. Su nivel es más que bueno, pero lo que está fallando en esta serie no es él.

Otra de las bazas de Orlando es el descomunal momento de forma de Rashard Lewis, que está viendo el aro enorme, y que juega con el viento a favor. Lewis y Turkoglu serían el pegamento de la maquinaria "magic" en las Finales, siempre y cuando el resto rentabilice sus opciones anotadoras.

Falla Howard y falla la línea exterior. El fornido pívot tiene ante sí el reto de encarar a Gasol, sin los suficientes kilos como para ser un "stopper" eterno de Dwight. No obstante con gran esfuerzo Pau y la corta zona interior angelina le ha concedido apenas 16 tiros en dos partidos, muy lejos de sus promedios habituales.

Hay otra circunstancia a tener en cuenta en estos primeros partidos. Jameer Nelson ha vuelto, y aunque podríamos estar hablando de un punto a favor de los Magic, es posible que haya descentrado la conjuntada transición de ataque. Quizá porque Alston no encuentre su sitio, con entrada de titular pero con menos minutos, y quizá porque Nelson esté pagando su inactividad. El hecho es que entre los dos se reparten los minutos y desaparece un inesperadamente resolutivo Anthony Johnson, del que nadie esperaba un concurso tan eficaz en anteriores series.

jueves, 21 de mayo de 2009

Número 2

La caprichosa lotería del draft ha otorgado el puesto de privilegio a los Clippers. Por las previsiones parece claro que el "hermano pobre" elegirá a Blake Griffin como estandarte de un nuevo intento por salir del furgón de cola. Músculo y talento al servicio de un a priori prometedor roster que une a Eric Gordon, Al Thornton y Baron Davis. Por si acaso en su web se puede ver un montaje de fotos con Griffin y...Rubio.
En Los Angeles esperarán a ver el impacto mediático del anuncio para aprovechar este tiempo a modo de "retiro espiritual". Es complicado que Ricky desbanque a Griffin pero no imposible. Apuesto por el número 2 por una razón: debería haber un gran traspaso para que los Clippers encontrasen acomodo al español. RR ocupa un puesto presumiblemente bien cubierto, con Davis, Gordon e incluso Mike Taylor. Por el estilo de juego de Ricky se debería apostar por entregarle la llave de la casa, restando con ello importancia a Baron Davis, que mostraría un enfado evidente.

Sería complicado por esa vía, por la cantidad de retoques que habría que hacer, entrando de llevarse a cabo en una zona hostil. Si Clippers tira al blanco fácil, se lleva a Griffin, refuerza el poste y todos contentos. Lleva tanto tiempo en las quinielas como número 1 que extrañaría su no elección en ese lugar.

Por lo tanto entran en juego nuestros amigos de Memphis, acostumbrados a alojar a españoles y con un abanico de posibilidades muy amplio de encaje para Ricky. Los Grizzlies tendrían menos problemas a la hora de desprenderse de alguna pieza del "backcourt". Podrían arreglar un aceptable cambio de cromos por Conley e incluso envolver como regalo en el lote a Milicic y optar por un paquete de jugadores más motivados.

Memphis sale ganando con la buena sintonía entre Ricky y Marc, que podría verse beneficiado hasta límites indecentes por la visión de juego del base. Sería también un buen reclamo para el aficionado que ha huido del FedEx Forum en busca de la alegría y la competitividad del equipo universitario.
Más allá del número 2 no quiero mirar, ya que en la NBA tienen casi asumido que Griffin será el 1, Rubio el 2 y el prometedor Hasheem Thabeet será el 3.

Atrás dejo también mis dudas sobre el nivel físico de Rubio en una liga de un nivel tan exigente como la NBA. Todavía hay aspectos que pulir, no sólo en ese apartado, pero hay mucho tiempo por delante. Seguiremos analizando...

viernes, 15 de mayo de 2009

Incertidumbre

Dos de los favoritos están contra las cuerdas con una mejilla más que sonrosada. La sangre brota de la herida a borbotones. Ni Celtics ni Lakers han hecho honor a su condición de favoritos en las series de semifinal de Conferencia.
Tanto Orlando como Houston han estudiado con fruición los defectos del contrincante, que residen de manera especial en sus banquillos. Los acompañantes de "Doc" Rivers y Phil Jackson en el banco no gozarán del privilegio de pasar a la gloria de las franquicias. La segunda línea hace aguas y lo peor es que no hay en este momento botes salvavidas. Demostrado queda la falta de previsión de los problemas que podría acarrear la baja de uno de sus puntales. Garnett ya no tiene uñas que morderse en la grada ante la desesperación de ver la posibilidad de que los "verdes" caigan de forma prematura, y Bynum arrastra la inactividad y un tono físico lamentable.

K.G nunca se había visto en una de éstas, con una inactividad fatal en un tiempo en el que estaba llamado a despuntar en los momentos más necesarios. Nunca tanto como ahora su equipo le necesita. Su recambio hace lo que puede, pero le falta un poco de altura y todavía le sobra algún kilo. El esfuerzo de Glen Davis por deshacerse de su sobrepeso no ha mermado su rapidez de piernas, pero le sumerge en la propia indefinición de un puesto para el que se necesita algo más. Su presencia en pista no atemoriza.

Paul Pierce y Ray Allen evidencian la acumulación de minutos en una temporada menos placentera de lo planteado al inicio. Marbury no ofrece ni mucho menos el rendimiento del prejubilado Cassell, y tampoco sale de su tiniebla personal. Rondo necesita que la cinta que lleva en el pelo afiance mejor su cabeza para no conceder la consciencia de sus actos a su ya tradicional "locura transitoria".

En cuanto a los Lakers, el problema viene arrastrado de tiempo atrás. Jackson no confía en su banquillo, aunque bien es cierto que tampoco los suplentes nunca le han puesto las cosas difíciles al coach. Vujacic es un prospecto de jugador atípico en Los Angeles, sin pase, con rachas de tiro esporádicas y una defensa ramplona. En otro equipo quizá ya se le habría comprado el billete de vuelta a Europa.
Shannon Brown ejemplifica bien las circunstancias agónicas del equipo. Descartado por el exigente Larry Brown, llega a California y enseguida le roba minutos al "backcourt". Es muy raro.
El hijo de Bill Walton ofrece lucha, entrega y ciertas dosis de anotación. Luke es un buen jugador de equipo, pero de ahí no pasará. A Odom no le considero en este apartado porque le incluyo dentro de los titulares. Por lo demás, poco más hay que rascar en un equipo que le otorga su suerte en el futuro al buen estado de forma de cuatro jugadores.

Pau está solo y cansado de pelear en la zona. La baja de Bynum ha hecho que embolsase demasiados minutos para la segunda fase. Kobe es un guía errático, y eso es un mal síntoma.

En definitiva, se puede decir que el peligro acecha. Para la higiene de la liga sería bueno que otros equipos llegasen a las Finales, aunque creo que esta consideración no la compartiría ni Stern, ni la televisión, ni la tarta publicitaria, que se antojaría sosa y sin contenido sin Lakers y Celtics en la siguiente fase.

domingo, 10 de mayo de 2009

Amigo Chuck

Una revista vieja de Gigantes del Basket guardada en el armario me lleva bastante tiempo atrás. Un cromo adhesivo de Darnell Valentine y una camiseta azul de los Warriors con el número 17 de Chris Mullin completan el recuerdo de esos años en los que el baloncesto despertó en mí algo más que una inquietud.
Por un, creo yo, inquebrantable y a la postre placentero quiebro del destino, la NBA ocupó gran parte de mi juventud y adolescencia. Entre crónicas llegadas de tan lejos, fotografías de mates de un joven Jordan, partidos editados al milímetro ofrecidos por la televisión pública, y el "ding-dong" de Trecet, el descubrimiento se convirtió en pasión.
Luego llegaron las madrugadas de baloncesto y el espectáculo se pudo disfrutar en vivo.

Entre todo ello aparece Chuck. Inspirador, creador y gestor de los Bad Boys. Filtro de absorción de grandes talentos como Isiah Thomas, Joe Dumars, Mark Aguirre, a los que supo mezclar sabiamente con Vinnie Johnson o Bill Laimbeer.

Su carácter le supuso también la elección para guiar a la colección de estrellas jamás vista para asaltar el trono olímpico en Barcelona. Cierto es que las virtudes deportivas y personales del "Dream Team" difícilmente podrían haber dado lugar a conflictos, pero Daly supo gestionar el tiempo en pista y, sobre todo, inculcar un respeto inmaculado hacia los equipos que iban aplastando en la cancha. Mucho se debería aprender de aquella experiencia.

El trabajo de Chuck Daly fue fundamental en la historia de los Pistons, de importancia severa en la hoja de estadística de la NBA, y forma parte de los pequeños grandes recuerdos de una época en la que las cuchillas de afeitar tardarían en ser de utilidad para el que escribe.

Muchas gracias Chuck.

viernes, 1 de mayo de 2009

Mal síntoma

Podemos extraer varias conclusiones de la serie entre Celtics y Bulls. Chicago ha dado un paso al frente ante aquellos, entre los que se encuentra el que escribe, que dudaban de las posibilidades reales de la franquicia en la segunda fase. El equipo de Del Negro soporta la presión de medirse al campeón y se muestra fiero en los momentos en los que el Sol más calienta.

El rookie Derrick Rose es una auténtica estrella en la Liga, y ha elevado su rendimiento en la serie tal y como se les pide a los líderes de los equipos. Su duelo con Rajon Rondo está siendo sencillamente espectacular. El mejor Rondo de siempre tiene una respuesta instantánea en Rose. Se está convirtiendo en una serie no apta para cardiacos y que colapsa todos los pronósticos. Ni en la propia gerencia de Chicago se esperaban que se pudiese poner contra las cuerdas a Boston.

Otra evidencia es el desgaste para cualquiera de los dos equipos de cara a la segunda ronda. Quien obtenga el pase va a tener un nivel de cansancio con el que difícilmente podrá contrarrestar la frescura de su contendiente. Los Celtics parten con la desventaja de que tienen menos profundidad de banquillo, o al menos los que tienen que dar descanso no consiguen salir de las tinieblas. Pierce o Allen no podrán ser inmunes al sobreesfuerzo de esta agotadora serie que está muy lejos de ser definida.. Los minutos acumulados astillarán a los veteranos en el caso de pasar de fase.

Al menos Boston podrá convertir el Garden en una caldera de cara al último partido.