domingo, 31 de enero de 2010

All-Star Dallas

Ya conocemos tanto los quintetos iniciales como los jugadores que saldrán desde el banquillo en la nueva edición del Partido de las Estrellas. Como siempre las elecciones han despertado más o menos discrepancia.

Este
El cinco inicial este año no desentona tanto como en anteriores ediciones. Me sobra Allen Iverson, que a pesar del enésimo desplante a uno de sus equipos, sigue albergando el cariño de los aficionados. La inclusión de Kevin Garnett no tiene el mismo trasfondo que el de A.I, ya que en este caso hablamos de un jugador mermado seriamente por una lesión pero con un inalterado espíritu de sacrificio por los Celtics. Wade, Lebron y Howard no merecen ninguna duda.

El análisis se hace más crudo al hablar de los suplentes. Muy injusta me resulta la no elección de David Lee, líder absoluto de unos mejorados Knicks. En su debe está precisamente el que la franquicia de New York no esté en posición de playoff. No entra Lee pero sí Al Horford, que está completando una buena temporada pero que entiendo insuficiente para lograr el status concedido por los entrenadores. Incluso me atrevería a apuntar el nombre de Bargnani, con registros anotadores mejores que los del dominicano y con un notable aumento en la faceta reboteadora. No está el italiano pero sí su compañero Bosh, que rinde a un nivel muy alto.
Veremos el debut de Rondo y Derrick Rose, haciendo justicia para los dos bases que son pieza esencial en sus equipos.
Gerald Wallace acude como premio a la buena temporada de los Bobcats, y sirve de acicate al grupo de jugadores vistos con un perfil inferior al de las grandes estrellas.
Nada que decir que clásicos ya en esta cita como Paul Pierce y Joe Johnson.

Oeste
El quinteto del Oeste es equilibrado y no hay verdaderos "robos". Muchos de los suplentes se presentarán en Dallas con la ilusión por bandera. Llamativo es el caso de Zach Randolph, con una actitud criticada por el que escribe, y que ha sabido granjearse el respeto de sus compañeros y convertirse en el líder de un equipo sólido. El alemán Nowitzki es el único "local", aunque francamente ningún otro compañero de los Mavericks hubiese merecido estar presente.

Decir Kevin Durant es decir futuro y a la vez presente, ya que se postula como un auténtico candidato a MVP. Versátil y completo, es una de las caras de la liga desde ya.
Deron Williams también debuta, aunque ciertamente lo podría haber hecho con anterioridad.
El lesionado Brandon Roy mantiene una línea regular en unos Blazers que han sabido reponerse a las adversidades. Chris Paul tampoco ofrece dudas, y me quiero detener en Pau. El mayor de los Gasol ha desafiado una campaña en su contra y jugará su tercer allstar con todas las de la ley. Las declaraciones de Chris Kaman las dejaremos a un lado.

Todo está listo...

martes, 19 de enero de 2010

Rigor y esperpento

La realidad siempre puede tener varias caras en función de la forma en la que se cuente. Muchos aspirantes a ser líder de opinión divagan sobre la importancia de aspectos a la postre tan míseros de contenido a efectos prácticos como un codazo a destiempo.

Un frustrado Baron Davis soltó el codo sobre Pau, y ésto levantó cierta polvareda en un sector de la prensa que parece estar más interesado en lo difuso que en lo global. Cierto es que se trató de una reacción impropia de un jugador de la talla de Davis, y tampoco es una actitud irreprochable, pero de ahí a considerarlo como motivo de apetura informativa es pasarse.

La NBA se ve salpicada de hechos lamentables, como la vinculación de Shawne Williams con el tráfico de drogas o el posible paseo de Gilbert Arenas por la cárcel. El todavía base de los Wizards se enfrenta a cargos por posesión de armas y puede ver peligrada no sólo su temporada sino su carrera. En una sociedad como la americana se pasa de héroe a villano en un suspiro, y si no que se lo pregunten a Tiger Woods, que de yerno ideal ha pasado a ser un personaje de lo más despreciable. Aquí eso no sucedería mientras convertimos en reyes del "prime-time" a seres de lo más inclasificable o a Belén Esteban.
Mucha culpa la tenemos los medios, que a veces no le damos la vuelta a los datos que se nos presentan y los servimos sin la debida claridad informativa o con acelerada visión. Los que escribimos nos debemos a un valor básico como es el rigor.

Fuera del discurso de intenciones, contamos con una liga que ofrece una tremenda igualdad, con posibilidades de playoff muy abiertas sobre todo en la Conferencia Oeste. Es destacable que los Knicks en temporada de transición estén a estas alturas a un partido del octavo puesto con 17 victorias. La segunda fase se paga un poco más cara en el Oeste. Seguiremos contando...

miércoles, 6 de enero de 2010

Deseos de Reyes

Mañana de ilusiones para los niños y para algún que otro adulto, que rememora su espíritu más infantil al abrir los regalos. Me da por pensar en los deseos de los equipos NBA en este día tan especial.

Conferencia Este

En Boston lo que pueden pedir es sobre todo salud. Ante una plantilla con tanto achaque, es crucial llegar sano a la segunda fase.

Cleveland clama por un mayor acople del equipo a Shaq, que ralentiza la transición, no permite la evolución de Varejao y lleva al precipicio a Ilgauskas.

Orlando y Atlanta llevan en sus peticiones el conseguir una mayor estabilidad en un juego inestable. Mejoran ligeramente sus prestaciones iniciales.

Miami y Toronto piden encontrar un rumbo definido. El problema lo tienen en la creación. Chalmers ha sido condenado al banquillo y Calderón sigue lesionado.

Charlotte y Milwaukee desean mayor fuerza interior. Sus posiciones exteriores están más o menos cubiertas y adolecen de apoyos debajo de la canasta.

En Chicago quieren de una vez por todas despertar del letargo. La excepcional última temporada les está pasando factura.

El deseo de New York llegará envuelto y con lazo el próximo verano. Mientras tanto, superan los objetivos para los que estaban llamados.

El siguiente paquete de equipos, formado por Washington, Indiana, Philadelphia y New Jersey, está marcado por el mismo patrón llamado decepción. Será complicado que lo superen. Un poco de carbón para ellos.


Conferencia Oeste

En el Oeste la palabra ilusión es la tónica dominante.
Los Lakers le piden al nuevo año que sus estrellas se queden al margen de las lesiones.

Dallas está a un buen nivel y genera menos dudas de las previstas.

Denver, Phoenix y San Antonio navegan en un mar de tranquilidad, y en sus deseos albergan esperanza de ser contendientes de nivel en playoff.

Portland ha pedido de palabra, por carta y por cualquier medio posible un antídoto para librarse del término "dique seco". Esperan aligerar su enfermería para afrontar lo que queda de curso con garantías.

Houston, Oklahoma City y Memphis han pasado de la indefinición a un proyecto de futuro serio. Quieren que sus jóvenes progresen.

Utah propone que Sloan inicie por fin un proceso de reconstrucción, al igual que Golden State y New Orleans.

Sacramento tiene suficiente con haber demostrado que puede luchar sin sus estrellas del presente (véase Kevin Martin).

Los Clippers están desesperados por ver a su flamante número 1 vestido de corto. Blake Griffin debe liderar a la franquicia pobre de Los Angeles.

Minnesota mira de reojo la evolución de Ricky. Muchos creen que será el base del futuro. Poco más pueden ofrecer.

sábado, 2 de enero de 2010

Promesas y virtudes

El nuevo año arranca con una victoria "in extremis" de los Lakers ante los bravos Kings, que van desterrando poco a poco la imagen de equipo perdedor y sin garra. Algo que ha hecho Westphal es dotarle al juego de una alegría impropia en años pasados.

El año 2010 va a ser complejo no sólo por su pronunciación en inglés (ya empiezan a existir ciertas dudas en ese sentido en zona anglosajona), sino por toda la cantidad de promesas y retos que se plantean. En el plano estrictamente deportivo, y reduciendo el campo de acción a la NBA, nos encontramos por ejemplo con un Pau pletórico, que despedía 2009 con un nuevo contrato mareante y con unas declaraciones en las que apuntaba que sería un fracaso no ganar el anillo.

No le falta razón a Gasol. El principal rival de los Lakers es su propio miedo a ser mejor que los demás, a no saber romper el partido jugando a medio gas, no ponerse las pilas y ofrecer segundas oportunidades a equipos menores. Ayer quedó palpable tanto su cierta falta de espíritu de inicio como su capacidad de pasar por encima del contrario.

Sacramento hizo bueno su patrón de juego de este año: el desparpajo. Brilló en los dos primeros cuartos y no se desmoronó en los dos últimos, simplemente sufrió el achuchón del campeón.

Y Kobe es mucho Kobe. Domina el dribbling, los tiempos y el lanzamiento bajo presión, como Jordan. Igual que MJ es capaz de aglutinar todo el ataque, de no dar bola cuando se le pone la canasta entre ceja y ceja y de ganar un partido él solo. A veces se equivoca, pero en noches como la pasada, justifica los desvelos de Phil Jackson, que ya retiró privilegios a Jordan en beneficio del conjunto. De momento Kobe sigue teniendo carta blanca en pista.

La promesa de Pau será posible si los Lakers aprovechan su mejor virtud, que es la habilidad de combinar el talento de Kobe, la clase de Pau y el trabajo del resto, que a veces no se asoman a la ventana y se quedan envueltos en la manta.

No me olvido de los Kings. Mucho se rumorea acerca de un traspaso. Demostrado que no necesitan a Kevin Martin, pueden conseguir a cambio de su antiguo líder un refuerzo para la zona interior, que les hace mucha falta. Esto acaba de empezar.

miércoles, 30 de diciembre de 2009

La NBA despide el año

Lejos del ajetreo consumista, de calles repletas de insensatos compradores de última hora, de amantes de los empujones en centros comerciales con una mezcla de sudor y olor a marisco, disponemos de unas horas para despedir el año y ofrecer el último análisis del año que termina.

La temporada nos deja en diciembre con un homenaje a la indefinición. No hay equipos arrolladores ni líderes destacados en ningún apartado estadístico.

En el camino hacia el MVP no hay todavía un nombre escrito en mayúscula. Kobe y Lebron marcan un ritmo regular aunque con su mejor nivel todavía por llegar. Los cronistas empiezan a considerar seriamente a Carmelo como aspirante número uno. Emerge en los últimos tiempos el mejor Kevin Durant como estandarte de un parcial ganador excelente para los "tiernos" Thunder. Si Oklahoma abre la puerta del playoff ganará enteros en la lucha. De jugador más mejorado a MVP en dos sesiones, sería un buen paso.

El capítulo de rookies ya ha sido comentado más abajo, y por lo visto es cosa de dos tipos. Tyreke va un paso por delante de Brandon Jennings.

No podemos hablar en este momento de un mejor defensor, porque creo sinceramente que se trata de un premio absolutamente caprichoso con un abanico de candidatos demasiado amplio. Se hablará sobre ello.

En cuanto al jugador con mejor progresión, el cuadro se colorea con una gama interesante de colores. Aquí quiero destacar algunos nombres como Marc Gasol, el "bull" Noah, o a Rajon Rondo, que ya creció mucho la temporada anterior. El "rocket" Landry ha perdido unos cuantos dientes pero ha ganado credibilidad y opciones. A esta categoría quiero dedicarle un espacio más adelante.
Son destellos de los últimos coletazos de este 2009 que despedimos. Continuará.

martes, 29 de diciembre de 2009

Todos al acecho

Antes de retomar mi deleite mental sobre la copiosa cena de Nochevieja, que el que escribe podrá disfrutar en casa después de cuatro años, estaba repasando la clasificación que tiene a bien dejarnos el año que termina.

Llama la atención la igualdad que subyace en los números. Hay un equipo, New Jersey Nets, que sigue esperando el coche de recambio después de estrellar repetidas veces el de uso diario. Tampoco sirve el de los fines de semanas porque tiene el motor gripado sin remisión.

Los Nets no anduvieron finos con los traspasos y la confección de una plantilla que se antoja corta y desequilibrada. El líder Devin Harris se ha pasado casi toda la temporada en el dique seco, y la moneda de cambio de Vince Carter todavía no es de curso legal. Han padecido muchas lesiones y la escasa efectividad pasó factura a los nervios del otrora idolatrado coach Lawrence Frank. Sin él las cosas no han ido mucho mejor. Dos victorias con Kiki Vandeweghe y a la vista el peor récord de la historia moderna de la NBA.

No me sorprenden los inicios de Golden State, Minnesota e Indiana. Los Warriors sobreviven a conflictos internos que lograron expandirse extramuros, a una crisis de identidad, y a la falta de objetivos a medio plazo.

En los Wolves el caso es bien distinto. Cuentan con un entrenador novato, Kurt Rambis, y un GM que se ha esforzado para no dejar de salir en los medios en época veraniega con rocambolescas operaciones, elecciones a priori disparatadas y declaraciones desconcertantes. Mientras Ricky hace suyo al Barça.
Los Pacers sufren por la falta de dirección en pista y las lesiones tampoco les han ayudado mucho a salir del pozo.

Philadelphia quiere revivir con el prejubilado Iverson, y en Washington las señales de humo invitan a una reestructuración que tiene que llegar más pronto que tarde. Hay que tener en cuenta que tienen a tres recientes all-star en el quinteto, y eso se paga muy bien.

Una leve sonrisa aparece en mi rostro cuando me fijo en los Knicks. Nadie, ni sus propios aficionados, daban una colilla usada por el presente de este equipo. Todos, incluido servidor, se marcaban un plazo posterior a este verano para trazar las líneas maestras de los nuevos Knicks con la llegada de Lebron. Muy meritorio alcanzar once victorias y otros tantos resultados equilibrados con tan poco equipaje en su viaje.

Fuera de los puestos más bajos encontramos a un grupo importante de franquicias con opciones reales, a día de hoy, de meterse en playoff. En el Este el estrepitoso nivel hace que Chicago, Detroit o los mismos Knicks estén a una sola victoria del octavo puesto.

Las cosas en el Oeste son un poquito más complejas, aunque los líderes no asusten tanto como en otros cursos. El octavo puesto está más caro, pero no sería extraño que los sorprendentes Kings aceleren con la excelente progresión de Tyreke y les echen el aliento a los Jazz. Hay mucha igualdad y un buen puñado de equipos que se juegan sus habichuelas con una escasa diferencia de dos o tres partidos.
Por lo visto no habrá ningún equipo que baje de las quince derrotas al final de la temporada regular.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Reconversión en Detroit

En este tiempo de crisis en el que tanto se habla del cambio de modelo productivo, del desentendimiento a la hora de firmar los convenios colectivos pendientes y de reconversiones para lograr eficiencia, podemos trasladar un discurso con ciertas similitudes a la NBA.

La liga también se ve sacudida por la agonía que vive la sociedad, y crece la nostalgia recordando momentos mejores, en los que el sueldo de la estrella de hoy era el tope salarial de la franquicia de ayer. Ahora tenemos impuestos de lujo que invitan a saltarse alegremente este tope, y se habla de veinte millones de dólares como de las ofertas 2x1 del súper de la esquina.

En este escenario, los chicos de marketing de los equipos se afanan en buscar reductos de fidelidad en las mentes de los aficionados, ofreciendo alitas de pollo y refrescos a cambio de rellenar los vacíos en las gradas.

Me quiero detener por lo simbólico que tiene el asunto, en la situación de los Pistons. Detroit, cuna de la industria del automóvil en los Estados Unidos, ha sido golpeada duramente por la crisis, obligando a las fábricas a despidos masivos, a congelar sueldos y a reconvertir parte de la producción de las empresas accesorias de recambio de componentes.

Los Pistons sufren esa reconversión. De equipo ganador a proyecto de futuro en muy poco tiempo. Joe Dumars ha ido moldeando una figura que no podrá ser vista esta temporada. El cambio de Billups, la nefasta huella dejada por Iverson, el desencanto de "Rip" Hamilton, el ocaso de Ben Wallace. Todo ello aumenta la inquietud y refuerza a los críticos.

El lado más liviano de la balanza, el de los futuribles, contiene un escaso margen para la sonrisa. Prince no termina de asumir el rol de Billups. No es feliz y se le nota. La estadística nunca falla en este aspecto. Los números siempre van ligados al estado emocional del jugador.
En el puesto de base, el más discutido, Stuckey va tomándole el pulso a la competición. La presión de asumir el papel del antiguo director de juego supone una carga a veces demasiado pesada.

De entre las dudas surge una esperanza blanca. El rookie Jonas Jerebko evoluciona bien, cogiendo responsabilidad paulatinamente. Puede ser intenso en el rebote, corre bien el contraataque y anota triples con relativa facilidad. El sueco debe gastar más horas en el gimnasio para convertirse en auténtico referente, aunque por lo visto hay motivos para estar satisfecho de la extraña elección de Dumars. Sin cartel en Europa y sin nombre ni rango en la NBA, es de lo poco que se puede salvar en el equipo del entrenador también novato, John Kuester.