jueves, 26 de agosto de 2010

Levantando de nuevo la mirada

De vez en cuando es bueno el descanso, aclarar conceptos e ideas, y dejar que el aire limpio entre por la ventana. Los viejos recuerdos no necesitan una limpieza exigente para eliminar las motas de polvo.

La emoción del arranque del nuevo curso sigue en "stand-by", y mientras tanto podremos entretenernos con una serie de partidos que pondrán en el mercado un puñado de aspirantes a estrella, fichajes de diverso pelaje, algo de caspa y mucha imaginación a la hora de cerrar presupuestos en los equipos europeos.

Una descafeinada representación de la NBA pisará las canchas turcas con el ansia de arrollar a todo el que se cruce en su camino hacia el campeonato. Sin duda alguna no es el mejor de los llamados "Dream Team", ya que ni siquiera puede acompañarse en este caso del calificativo de "ensueño", pero la lógica nos advierte de que llegará a la final.

La sorpresa es un factor a tener muy en cuenta en este tipo de competiciones, y no hay que olvidar fracasos del pasado, que sin duda viajarán en paralelo al transcurso de las jornadas. La selección española ya ha dado un susto al principal candidato, y ello servirá de acicate para las propuestas que aporten sus rivales en la cancha.

Habrá tiempo para el análisis. Más allá del Mundial, la NBA ofrece una nueva imagen, rediseñada después del deseo de Lebron James de obtener anillo de campeón lejos de Cleveland. Finalmente todo ha girado entorno a la decisión de King James, y todo dirigente ha esperado con la calculadora encendida y unas cuantas combinaciones y nombres escritos en un viejo cuaderno de notas. Miami será contendiente y todos estarán pendientes de cómo mezclan sus talentos Wade, Lebron y Bosh.

Las pataletas de Doc Rivers abren la puerta a una pretemporada que promete ser jugosa en los comentarios y en los últimos coletazos de los retoques de las plantillas. Estaremos aquí para contarlo. Bienvenidos.

martes, 1 de junio de 2010

La final más deseada

La suerte de los campeones, y un empujoncito de las almas que lucieron las camisetas que cuelgan de sus pabellones han ayudado a que de nuevo el clásico Lakers-Celtics sea una realidad.

Nada hacía presagiar que unos envejecidos Celtics y unos descompensados Lakers llegasen a ser la última pareja de baile. Las rondas previas habían enseñado distintos desencuentros con la previsión. Parecía que las fauces de los cachorros hambrientos de pasar a la gloria iban a alejar del camino al equipo de Phil Jackson. La sorpresa no se consumó y los Suns despetaron de un sueño que nunca aspiraron a tener. Sin embargo los chicos de Jackson no llegan frescos y además lo hacen con alguna que otra dentellada de consideración.

El caso de la franquicia de Boston es diametralmente opuesto. Lejos de un óptimo rendimiento en la primera parte de la temporada, con muchísimas dudas apuntando a ciertos jugadores, en esta segunda fase han arrancado de cuajo el cartel de favoritos que colgaba de sus rivales. Primero echaron a la cuneta al proyecto ganador de Lebron James, y luego destrozaron el inmaculado curso firmado por los Magic.

Ahora las fuerzas están supuestamente igualadas. Gasol se olvida de su reunión con viejos colegas para luchar por el campeonato del mundo y se centra en la pugna que le aguarda debajo de los tableros con el rudo Perkins, el cuasi retirado Wallace y el mermado Garnett.
Las leyendas volverán a pintar un cuadro en el que Pau está invitado a figurar en un primer plano.

Showtime...

sábado, 22 de mayo de 2010

El pistolero contra el muro

El retorno a la competición de Gilbert Arenas no será plácido ni mucho menos. Se supone que ya ha pagado el peaje por unas acciones que surgieron de una escasa lucidez mental.

El anteriormente conocido como "Agent Zero" ha dejado de ser un ejemplo de entrega, de liderazgo, para ser condenado a la soledad. El aficionado "wizard" no le mirará con la misma intensidad esta temporada. Habrá en Washington otra figura a la que idolatrar los próximos meses. Todos los pronósticos, avances y previsiones apuntan a que será John Wall el elegido como número 1 del draft. Los Wizards tendrán de nuevo la oportunidad de seleccionar al mejor de entre la clase colegial, y Wall por lo visto será quien asuma el papel de guía de la franquicia de Washington.

Está por ver el encaje que se haga en el seno de un equipo con una herida sangrante que necesita muchos apósitos. Para el optimismo se cuenta con una plantilla en la que la juventud fluye como la hipocresía de nuestros políticos. Wall, Blatche, McGee, Young, Thornton o incluso Howard suponen algo más que una esperanza, eso sí, si se sabe gestionar su tiempo en pista. El base a elegir es enérgico, con elasticidad y capacidad de salto. Suficiente para aglunitar a las gentes a su alrededor. Está por ver si podrá poner orden dentro del caos.

Con el asunto de la pistola, Arenas perdió más que su condición de líder y el beneplácito del público. Nadie le verá del mismo modo, ni siquiera los que se dejaban ver con la camiseta del O en la cancha de la ciudad capitalina.

Wall, joven a rabiar, con la presión como compañero de habitación los últimos años, y con la exigencia de pilotar un bólido caro como es siempre el equipo de la universidad de Kentucky, estará obligado a rendir desde el minuto uno para no verse cegado por unos focos que han desviado del camino a unos cuantos aspirantes a estrellas en tiempos recientes.

miércoles, 19 de mayo de 2010

El auténtico orgullo verde


Los Celtics ganan sus partidos y enteros de cara a una presumible final contra los Lakers. Roto por completo el factor cancha, la final de conferencia en el Este lleva consigo una sorpresa en mayúsculas.

Ni los expertos más críticos podían digerir una derrota de los Cavs en la ronda previa, teniendo en cuenta que el liderazgo de Lebron había originado un clima muy bondadoso para la franquicia de Cleveland. Una inoportuna lesión ha mermado la capacidad de "King" James, aunque es indudable que la confección del equipo podría dar a entender que algún otro asumiese parte de la responsabilidad. Nadie ha dado el paso al frente y el futuro de Lebron se aventura lejos de Cleveland.

La eficacia de los Celtics arrastra por el fango los papeles con crónicas en contra de una temporada que parecía abocada al fracaso y que olía a fin de ciclo. Con Garnett lastrado, Pierce, Rasheed y Allen en franco retroceso, y con el único empuje del "crecido" Rondo, pocos podíamos pensar que los inquilinos del Garden harían suyas las viejas proclamas de Auerbach. El "viejo Red" estaría orgulloso del rendimiento contra pronóstico de sus chicos.

En Orlando todavía siguen buscando respuestas, tanto en la cancha como fuera del pabellón. Todo estaba bien atado, con un equipo medianamente compensado y no tan desgastado como otros aspirantes. Una temporada que deja ciertos interrogantes en los Magic, como el tremendo peso que el nuevo contrato ha supuesto para el sustituto de Howard. Gortat no ha sido merecedor de un reconocimiento que le pilla grande. La ausencia de un "cuatro" dominante resta credibilidad al juego interior, a pesar del buen hacer de un falso ala-pívot como Lewis.

Un ejercicio de pedagogía no iba tampoco a servir para explicar de manera pormenorizada las razones que convierten desde ya a Boston en claro candidato a acompañar en la final a los Lakers. Siento que la verdadera sorpresa de la temporada, los Suns, se quede en el camino, pero intuyo que Phil Jackson no dejará escapar un nuevo enfrentamiento con el eterno rival.

Si no hay un vuelco anímico importante, la reedición del clásico será un hecho. Por el bien de la competición sin embargo necesitaríamos esperar un poquito más, con finales de conferencia más ajustadas. Veremos.

domingo, 11 de abril de 2010

Los mejores del año

MVP. Fuera del trío básico de los últimos años, Lebron, Wade y Kobe, debe anotarse un candidato fundamental para esta temporada. El crecimiento de Kevin Durant y de sus Thunder ha sido exponencial y notorio. Alejados de valoraciones basadas en hechos pasados, mi voto es sin duda para Durant, por un presente consolidado y un futuro con tope poco predecible. Elasticidad, explosividad, mejora evidente en el tiro lejano, liderazgo y compromiso con el juego colectivo, ésa es su tarjeta de presentación.

Rookie del año. Hace unas semanas se despejaron las dudas. Si Brandon Jennings comenzó de manera fulgurante con una serie de exhibiciones de pase y anotación, pronto emergió una figura inesperada hasta por los cronistas más avezados. Tyreke Evans no se encontraba en ninguna quiniela inicial. Su "training-camp" fue bastante bueno, pero no dejaba asomar la tremenda temporada que en números individuales ha supuesto para este base-escolta llamado a hacer grandes cosas en la liga. Ni el arreón final de otro joven a tener muy en cuenta, Stephen Curry, le arrebatará el gran honor de ser el mejor entre los rookies.

Mejor sexto hombre. Ni la mopa del Madison dará una respuesta diferente. El "hawk" Jamal Crawford recibirá el premio por su contribución saliendo desde el banquillo. El equipo de Atlanta ya experimentó el curso pasado una aportación destacable con Flip Murray, y este año Mike Woodson ha potenciado el papel de su "sixth man". Crawford capitaliza gran parte del juego en sus treinta minutos en pista, y ha sido determinante en un puñado de partidos. El progreso de los Hawks en el playoff dependerá en gran medida del empuje de su sexto hombre.

Jugador con mayor progresión. Marc Gasol tendrá sus votos, aunque la baja en el último tramo de la temporada va en su detrimento. También Memphis lo ha notado. A su favor cuenta el español con la mejora de los Grizzlies y el reconocimiento de prensa y jugadores a su valía. Sin embargo me inclino a pensar que finalmente será Andray Blatche quien reciba la consideración. Los Wizards han vuelto a tener un año para olvidar, con reaparición y sanción gravísima para su líder Gilbert Arenas. Dentro de la dificultad ha emergido desde lo más profundo del banquillo un tipo alto, atlético y con mucho baloncesto por desplegar. Blatche ha sido el "tapado" de Washington. Ojalá me equivoque y Gasol se lleve a casa el premio.
Mejor defensor. Siempre he pensado que este premio es muy relativo, porque entran en valor otras consideraciones aparte de las meramente estadísticas y de impacto en el juego. Jugadores tan ofensivos como Jordan lo han recibido, así que el espectro es más amplio que el del mero especialista defensivo. Por poder reboteador, taponador y sus labores de intimidación mi voto es para Dwight Howard.

Mejor entrenador. Será de justicia que el entrenador de Oklahoma City Thunder, Scott Brooks, consiga este preciado y valioso reconocimiento. Una mejora que supera las veinte victorias con respecto al año pasado, el equipo en playoff, y una sabia dirección de un conjunto muy joven. No creo que otro "coach" se lo haya merecido más.

domingo, 14 de marzo de 2010

Recta final al playoff

El playoff por el título ya vive en el piso de al lado. Llega con los recibos pagados aunque todavía no tiene claro el nombre de los ocupantes de las habitaciones.

El asunto en el Este anda un poquito más nítido. A día de hoy el octavo puesto de Toronto sólo lo amenazan los Bulls, que no divisan un buen horizonte con la lesión en la muñeca de Derrick Rose. Detroit no termina de carburar y al resto sólamente vienen para mirar y se irán sin comprar nada. Sólo una descomunal caraja haría cambiar la situación actual.

Los Lebron Cavs navegan a velocidad de crucero, y la llegada vía traspaso de Antawn Jamison les dota de una artillería mayor de cara a la segunda ronda. Orlando, Milwaukee y Charlotte se están mostrando muy competitivos últimamente, y el crecimiento de estos dos últimos equipos esta temporada es digno de elogiar. Brown ha convertido a unos tristes Bobcats poco a poco en una masa con forma esponjosa.

En New Jersey, al igual que hacen los equipos de Fórmula 1 cuando las cosas no funcionan, deben ya pensar en la temporada que viene, intentando eso sí salvar los muebles en el aspecto estadístico.

La pelea en el Oeste se aventura más encarnizada por abajo. Memphis puede que no llegue a tiempo pero lo intenta, y no sería desmerecedor en absoluto de una plaza en playoff. Portland bastante ha hecho con mantenerse con un pie dentro de los 8, teniendo en cuenta la plaga de lesiones y diversos encajes que ha tenido que ingeniar McMillan (pero que no le den el premio al mejor entrenador, por favor).

La novedad la aportan los Thunder, que liderados por un Durant a ritmo de MVP y con un equipo bisoño y un banquillo escaso suben peldaños. Ya comentaremos más adelante la remontada de los Mavericks desde la mejor operación de cambio de cromos de los tiempos modernos, pero se puede destacar que en su casillero suman trece victorias seguidas y le soplan al cogote a los Lakers.

Asistiremos con atención al devenir de las próximas semanas.

sábado, 6 de marzo de 2010

El oficio de la NBA

El sueño NBA a veces ofrece un sabor demasiado agrio para los que osan cruzar el charco en busca de una aventura rentable tanto a nivel profesional como personal.

Desde los primeros tiempos, desde la época del búlgaro Glouchkov y de nuestro Fernando Martín el trasvase europeo ha llenado butacas de avión. Experiencias más o menos afortunadas. En el recuerdo queda el sufrimiento de una estrella sin precedentes en el viejo continente como Petrovic, que asumió un rol demasiado alejado del verdadero papel que el universo del baloncesto le tenía reservado. Un desgraciado accidente nos privó del mejor Drazen en la NBA.

Ahora podemos disfrutar de un puñado de jugadores que disfrutan cada uno a su manera de la "american way of life". Pau Gasol ya luce su anillo y un estatus trabajado en años de una irregular relación mediática. Pasó de ser "rookie del año" a pasear en las tinieblas periodísticas como líder de un proyecto incierto. La llegada a los Lakers arrojó luz y algo más a una carrera jalonada de una profesionalidad más que demostrada. Como los mejores, ahora goza del beneficio de la duda.

Los tiempos de Marc Gasol los marca su ritmo de adegalzamiento. La línea cada vez más delgada de su figura es correlativa al nivel que exponencialmente va mejorando. Es valorado por la prensa, por el aficionado y por sus compañeros. Todo un mérito para el que se acerca al galardón de jugador más mejorado del año.

José Manuel Calderón sale de una lesión y lucha tanto contra su falta de confianza como las dudas que algunos quieren esparcir sobre un sólido rendimiento. Ya lo decía Daimiel anoche, los promedios del ahora titular Jarret Jack son similares a los del español. Lo que está claro es que la fluidez ofensiva de los Raptors es sensiblemente mejor con Calderón al mando.

Rudy no está a gusto y se nota. A un guerrero como él le cuesta acoger de buen grado su papel como tirador. La directiva no obstante ha dejado un mensaje claro con los traspasos de Blake y Outlaw, apostando por Batum y por Rudy. En la NBA el pago no se hace en la barra con la consumición, sino que se hace en la vuelta al bar, con lo que en este caso los minutos otorgarán los futuros rangos en unos blazers dependientes de Roy.

Y Sergio Rodríguez. La desazón del canario como elemento decorativo del banquillo de McMillan se prolongó en cierta medida con un poco valiente Westphal, que no dejó circular sus planteamientos internos en los que Sergio figuraba en lugar preferente en los Kings. Con su traspaso a los Knicks al menos puede desarrollar un juego más acorde con su talento. Llamado a ser titular, ese privilegio le fue arrebatado demasiado pronto por no se sabe muy bien que razonamiento. Visionando el partido de anoche ante los Raptors, se entiende muy poco lo que pretende D´Antoni en un equipo en el que el liderazgo se lo lleva un jugador fuera de forma, de peso, y sobredimensionado en el campo. En sólo diez minutos "El Chacho" asentó a los Knicks y dotó al ataque de una frescura rara vez vista en Manhattan. No es suficiente para un entrenador arrastrado por una marea que trae consigo gran cantidad de agua turbia y de mensajes en botellas con nombres de agentes libres este verano. Es difícil convivir con todo eso. Es el oficio de la NBA.