viernes, 11 de febrero de 2011

Diario de la Copa del Rey (I)

Cuarenta minutos en metro nos separan del Palacio de los Deportes de Madrid, sede de una competición que da prestigio al baloncesto nacional, y que es una muestra de sana convivencia entre distintas aficiones. Una vez allí toca paseo por los alrededores, donde las carpas de los patrocinadores ACB ofrecen actividades con un denominador común. Todas cuentan con una canasta.

Los niños disfrutan del entretenimiento mientras que nos cruzamos con aficionados con camisetas negras, amarillas, rojas, blancas, azulgranas, verdes y moradas. Los abonos surten efecto y se notará el colorido en la grada. Una oportunidad para todos de ver buen baloncesto.

Al intentar acceder al recinto nos llevamos una pequeña sorpresa. No se puede entrar con bocadillos ni con botellas de plástico de cierto tamaño. Lo de la botella lo imaginaba, pero lo del bocata no lo esperaba. Hay grupos que utilizan las cercanías del recinto para apurar el pan juntado con chorizo, queso o jamón, y otros que sacan de bolsas de establecimientos de comida cercanos sus sandwiches. Tenemos tiempo suficiente.

Vaciados de carga "prohibida" entramos y buscamos nuestro asiento. Esquinado pero con una visibilidad excelente. Gracias Silvia. A nuestro lado dos hermanos que vienen de Granada y que viajan a los lugares donde huela a basket. La Copa es el destino perfecto.

El partido que abre la competición es Blancos de Rueda Valladolid-Power Electronics Valencia.


Primer partido

Los pucelanos ya habían obtenido su premio. El llegar a la Copa hace justicia a una temporada hasta ahora de ensueño. La hinchada morada, a nuestra derecha, grita más que una apagada afición "taronja", que aguarda su momento para más adelante.

El balón vuela y los primeros minutos reflejan un tanteo igualado, con una aguerrida defensa pucelana. Mucha pelea bajo la zona.

Los puntos de Claver sostienen a los valencianos, mientras que los argentinos del Blancos de Rueda aglutinan las opciones de ataque vallisoletanas. Las tres faltas de Eulis Báez suponen un lastre difícil de superar, como se verá posteriormente.
Stanic dirige con pundonor a los morados y el francés De Colo da muestras de su clase, sustituyendo a un Omar Cook timorato a la hora del lanzamiento pero que asistió a sus compañeros con eficacia.

Por la defensa empieza todo, y el juego interior construye o despedaza una victoria. Barnes y Slaughter no pueden frenar los minutos de gloria del lituano Javtokas, que se mueve en zapatillas y albornoz por la zona pucelana. En forma y centrado este chico es una amenaza en la pintura. No siempre ha sido así.

Los puntos van cayendo del lado naranja y sólo unos tímidos intentos liderados por Diego García hacernsoñar a los de Porfirio Fisac en una remontada que no se produjo. Los escorzos y gesticulaciones del entrenador del equipo de Valladolid no sirven para motivar a los suyos. La diferencia de tanteo es insalvable y los minutos que restan se convierten en una losa. Hay que terminar con dignidad.
Gran partido de Víctor Claver, impetuoso encarando el aro y generoso con sus compañeros. Buen líder. 60-83 y Blancos de Rueda enfila la A-6 de vuelta a casa.

Ante nosostros casi una hora de espera que aprovechamos para caminar y cruzarnos con Walter Szczerbiak, Clifford Luyk, Ferrán Martínez o Emiliano. Clásicos donde los haya.

Y cerca de los servicios contemplo una confraternización de la que muchos políticos podían tomar ejemplo. Gente vestida con distintos colores haciendo cola en los lavabos pacíficamente, desafiando las medidas de seguridad que separan aficiones, y citándose después del partido para tapear por Madrid. Lo dicho, un ejemplo.


Segundo partido

Minutos antes del inicio del Real Madrid-Gran Canaria 2014 la hinchada amarilla chilla su simpático "Pío-pío". Los canarios habían seguido en silencio el primer partido. La afición blanca, aletargada. Responderán más tarde.
Un recuerdo desde la grada para el lesionado Savané es el preludio de un gran choque. Cumplió con las mejores expectativas.

Arranca el segundo encuentro con igualdad. Los jugadores canarios aportan una intensidad al juego que les hace ponerse por delante. Wallace, Spencer y sobre todo Carroll suman puntos. La dirección deportiva del "Granca" funciona y ficha muy bien.

Messina mueve el banco buscando unas respuestas que no terminan de salir. Velickovic no toca la tecla que el italiano quiere y le sienta a los tres minutos. Mal asunto. Fischer se pierde en las protestas a los árbitros y su dominio bajo canasta simplemente no existe. El voluntarioso Wallace le come la tostada una y otra vez.
Los canarios se crecen al ritmo de las canastas de Carroll. ¿Se irá el chico de las zapatillas azules a un grande el año que viene?

La dispersión de la grada parece confundir a algún jugador madrileño, que no encuentra su sitio. Salvo un par de acciones defensivas, Tucker no suda en exceso.
Al Real Madrid le mantiene la anotación del talentoso y energético Llull, que logra despertar a la zona del graderío ocupada por los aficionados el equipo blanco.

De pronto, sucede algo que cambia el sentido del partido. Una serie de acertadas acciones defensivas de Tomic con su eco en la zona contraria y la aparición de Mirotic redirigen el rumbo del encuentro.
Con los dos equipos parejos la cosa está entre el incansable Carroll y un Sergio Rodríguez que toma el mando de las operaciones. El "Chacho" se convertirá en la clave con sus puntos para crear una distancia en el marcador que los de Pedro Martínez no pueden neutralizar.

Excelente choque digno de una ronda superior. El Real Madrid se enfrentará el sábado al Power Electronics Valencia.

martes, 8 de febrero de 2011

La cabeza de Rudy

Recuerdo una serie de televisión que se llamaba "La cabeza de Herman" y que pasaron en La 2 hace unos cuantos años. El argumento versaba sobre la diferencia de criterio que escenificaban los habitantes del cerebro del susodicho Herman, y que orientaban el sentido de sus acciones.
Cuatro personajes que representaban distintas maneras de afrontar las situaciones que al chico se le iban presentando. No siempre Herman hacía caso de la opción más razonable.

En muchas ocasiones a uno le gustaría tener acceso a la sala de control de la masa gris y mantener una pequeña charla con el jefe de máquinas o con el grupo de individuos que mueven los hilos. Difícil tarea para ellos.

Si el planteamiento de la ficción se hiciese realidad, sería muy interesante ver qué se cuece en la cabeza de un tipo antes de verle actuar. Y entrando de lleno en el contenido del blog, muchos se preguntan ahora qué pasa por la cabeza de Rudy. No demasiado atrás en el tiempo nos encontrábamos a un jugador desmotivado, ojeroso, y con intenciones claras de dejar a vista de retrovisor su etapa NBA. Primero era su agente el que hacía pública la decisión de Rudy de no volver a pisar el Rose Garden y de retomar su fructífera carrera europea.

Sin posibilidad de salir de Portland vía traspaso, fue el propio RFernández el que manifestó después sus deseos en público. Mal asunto, estas cosas no gustan en la NBA. Sanción al canto para el catalán por todo el torrente de palabras que corrieron como el nuevo Ferrari de Alonso por los mentideros y despachos de clubes en Europa.

Los grandes equipos de Euroliga modificaron sus agendas de fichajes para hacerle un hueco a un jugador de primer nivel, capaz de desnivelar encuentros y de ser un fichaje de auténtico lujo.

Cerrada también esa alternativa y siendo renovado por los Blazers, a Rudy no le quedó otra que respirar profundamente y afrontar una nueva temporada a las órdenes de McMillan.
Empezó mal, con escasos minutos y un protagonismo nulo, y para un jugador que vive de sus sensaciones en la cancha, significaba entrar en una dinámica peligrosa.

En este punto los habitantes de la cabeza de Rudy habrían pasado de pintarse en la cara señales de guerra a un enfrentamiento fratricida al más alto nivel.

La vida da vueltas, no deja de girar y tampoco de sorprender. Una nueva oportunidad se presentó ante los ojos de Rudy en forma de lesiones. Con una "injury list" a rebosar, a McMillan no le quedó más remedio que acudir al talento del número 5, con el trasero caliente de estar sentado en el banquillo.

Y Rudy regresó, eso sí de forma un tanto irregular, pero lo hizo. Cierto es que su estancia en pista ha retrocedido en cuanto a promedio se refiere, al igual que sucede con su anotación, pero las sensaciones son otras. Por fin se siente importante. Por fin ha sido el jugador clave en más de un partido aislado, y de una vez por todas se le empieza a ver como algo más que un triplista con poco más que ofrecer.

Anota, asiste, rebotea, roba balones e incluso ha llegado a desempeñar las labores de base en un partido. Impensable en el mes de noviembre.

Sin la estrella Roy en cancha, RFernández se convierte según el partido en la tercera o cuarta muñeca de la franquicia, y es mucho hablando de alguien que tenía puesto el cartel de "pasaba por aquí".

Tiene libertad en la pista y es feliz. Con eso de momento es bastante para él. Veremos si sus actuaciones le abren las puertas del mercado y los que le tienen anotado en la libreta llaman a la puerta de los Blazers.

domingo, 30 de enero de 2011

The Griffin Show

Las luces se encienden, las cámaras empiezan a filmar y la acción transcurre tal y como se había diseñado el año pasado.

La lesión de Blake Griffin supuso más que un jarro de agua fría para la "franquicia pobre" de Los Angeles. El atlético mozo había despertado más de una inquietud entre los especialistas y generado más de un abono para el Staples pintado de rojo. Todo un número 1 del draft llamado a marcar una época. Justo cuando comenzaba con un programa más exigente de trabajo se rompió, despedazando con ello los sueños de unos y borrando de un plumazo las crónicas de éxito no escritas de otros.

Un año es blanco para un novato es muy peligroso, sobre todo cuando tienes sobre tus hombros el duro peso del "show-bussiness" y la presión de los que firman los cheques a final de mes. Eso de la presión puede acabar con carreras prometedoras. Un ejemplo muy reciente es Greg Oden, un pívot con mucha clase, una fuerza terrible bajo el aro pero con una habilidad innata para lesionarse. En su época colegial demostró su espíritu de superación al cambiar su mano de tiro durante una larga etapa de la temporada tras fracturarse su muñeca derecha. Su registro con la zurda fue encomiable. Sin embargo Oden no ha sido capaz de completar ni una sola temporada desde que Stern le colocó la gorra de los Blazers. Ni está ni ya se le espera. Si vuelve a pisar una cancha para jugar más de media hora será un verdadero milagro.

En Blake Griffin sucedió algo diferente. Al enfundarse una camiseta con unas exigencias mínimas, su año en el dique seco fue más placenterio, y pudo disfutar de mayor tranquilidad en la recuperación, rehabilitación y trabajo técnico posterior. La presión de verdad llega ahora, y parece que Griffin no sólo la tolera sino que la aplaude.

El "efecto Griffin" ha hecho renacer la competitividad del base Baron Davis, a punto de ser abandonado en un cajón para siempre. El equipo corre, salta, se divierte e incluso empieza a ganar más partidos de la cuenta. Pocos podían predecir 18 victorias a estas alturas de curso, con bastantes derrotas además con márgenes de diferencia muy pequeños, lo que hace albergar esperanzas en que, con una elección buena del draft y algún que otro retoque, en años venideros el récord de los Clippers tenga más triunfos que partidos perdidos.

Los compañeros de Griffin son jóvenes, con buenas piernas y con ganas de jugar con intensidad. El coach, Vinnie del Negro, ha obtenido su segunda oportunidad como primer entrenador, y después de unos meses con dudas, parece que ha dado con la tecla que suena.

Blake sigue una línea ascendente que le convertirá en el "rookie" del año, superando a mi favorito John Wall, lastrado por lesiones y con una dinámica de juego más irregular. La trayectoria de Griffin va del menos al más, y podrá sumar puntos a su valoración en el concurso de mates. Se espera mucho de la participación del novato en el All-Star, que se juega en su casa.

Un jugador fuerte, completo, con unos porcentajes rozando el sobresaliente y con un margen de mejora muy amplio. La estrella del futuro ya está aquí.

martes, 11 de enero de 2011

El secreto de los Knicks

¿Qué hace que un equipo pase de arrastrarse por el fango en días tormentosos a planear con visibilidad en las alturas?
Los factores para el resurgir de los Knicks entran en unas variables ajenas a la matemática más avanzada.
Está demostrado que en la NBA dos más uno no son tres. Según la ocasión pueden sumar cuatro o quedarse en menos dos. Ciertos traspasos aparentemente ventajosos se tambalean o no funcionan por decadencia sobrevenida de algún jugador o por una falta de mentalidad que repercute de manera directa en el rendimiento en cancha.

Con minutos Sasha Vujacic pasa de ser un elemento extraño en la rotación de los Lakers a sentirse importante de repente en unos Nets en declive. Resulta utópico que pueda ser titular en un equipo NBA, como dice el esloveno. Por New Jersey también pulula un tal Troy Murphy, que después de atravesar su propia odisea por el desierto en forma de lesión, ni recupera sensaciones ni su sitio en el quintento inicial. Es carne de un "trade" que no termina de clarificarse y en el que entraré en un momento.

En la otra orilla del Hudson, los hasta hace poco desnortados Knicks no daban con la tecla del éxito. Dolidos en su orgullo ante la negativa de Lebron, Bosh y Wade de unirse a un proyecto de buen presente y mejor futuro, vadearon el problema con movimientos muy acertados. Stoudemire ha aportado algo más que fe a sus bisoños compañeros, Felton ha dejado su cartel de jugador triste bajo el telefonillo de la mansión de Jordan, y Fields ha sido una buena elección en el draft. Junto a todo ello, Chandler ha conseguido despegar y lucirse como venía apuntando tiempo atrás, y ha ido creciendo un efecto llamada en el resto de knickerbockers.

Las 21 victorias de New York les sitúan en un récord poco conocido en los últimos tiempos a estas alturas de curso y les colocan de nuevo en posición de playoff.

Ahora es cuando nace el problema. En la libreta de Donnie Walsh venía escrito "traspaso" en el mes de enero, y cuando se dispone a sondear el mercado y al queridísimo Carmelo, resulta que al bueno de Amar´e no le gusta. Sintiéndose más importante que nunca y siendo el símbolo del resurgimiento de los Knicks, no quiere que venga otro tipo con una gorra que ponga "Estrella" y le abarrote el protagonismo que se ha ganado. Difícil papeleta.

Realmente a New York, con sus jugadores al alza, el viento a favor y D´Antoni feliz, creo que de momento le viene bien un retoque en posiciones interiores y no marear demasiado no vaya a ser que se despisten. La personalidad de Carmelo puede ser peligrosa en un vestuario con muchas realizaciones profesionales en marcha.

Lo del traspaso inacabado de Melo es otro asunto peliagudo. Hablamos de tres equipos implicados con algún que otro disgusto en ciernes. Billups ya ha declarado que no quiere hacer las maletas y que desea terminar sus días de profesional en Denver a ser posible. Uno de los principales activos del intercambio frunce el ceño por lo que la operación se complica.
Luego Anthony no quiere que le tomen el pelo y opta por ser él quien tome la decisión y que no lo hagan por él. No firma con Denver y aguarda a que NY pelee fuerte. New Jersey está cerca pero no termina de convencerle. Y mientras, otros esperan con los brazos abiertos. Hamilton podría aplaudir una salida de Detroit que supondría una reunión con su antiguo compañero Billups en los Nets junto a Carmelo. Las posibilidades de ese equipo crecerían como la espuma. Pero todo sigue en suspenso.

domingo, 9 de enero de 2011

El italiano indolente

Una apuesta arriesgada y una realidad rozando lo decepcionante. El ceño fruncido fue la tónica general en el draft del año 2006. Un esbelto chico con informes excelentes nacido en la lejana Italia era seleccionado en el número 1.
Pronto empezaron a salir las voces discordantes, que apuntaban a pasados fracasos sonados en las elecciones en puestos de cabecera, sobre todo en jugadores por encima de los dos metros de altura.

Con unas expectativas grandes Andrea Bargnani dejó la Benetton, en la que había demostrado versatilidad y eficacia para ver aro, comenzó su andadura en unos Raptors en construcción.

La duda siempre surgió por la poca fuerza que imprimía en sus acciones bajo canasta. De hecho se había caracterizado en la Lega por un juego de alero a pesar de sus 2.13.
Si había funcionado el experimento Pau Gasol, y si en alemán Nowitzki ya era un top-10 de la liga, Bargnani podría pasar de prospecto interesante a jugador franquicia. Sin embargo, su debilidad para pelear como "cinco" se puso de manifiesto muy pronto, y Toronto tuvo que reforzar esa posición con tipos más fornidos al tiempo que Bosh se esforzaba por arrancar puntos en la pintura.

Sus porcentajes de anotación han ido mejorando año a año, e incluso figuró en algunas quinielas el curso pasado como aspirante a jugar el all-star. El que escribe siempre consideró el potencial del italiano digno de esa distinción, siempre que superase su alergia a bregar cerca de la red y no sólo utilizase la zona para girarse y tirar de tres o cuatro metros, o para fintar y anotar apoyándose en el tablero. Para ser un pívot con rango de jugador franquicia hace falta algo más que anotar. Se debe incluir el rebote en el repertorio, tal y como hizo Pau hace años. Recuerdo al joven Kukoc que llegó a la NBA con delgadez casi extrema, y al que tratamientos rápidos que no entro a valorar hicieron de él un tipo capaz de jugar también con garantías en la pintura.

Bargnani tiene un dribbling demoledor, buena prestancia en el juego de pies y cierta irregularidad en el tiro, lo que hace que necesite más de una decena de tiros para convertir cuatro de ellos, casi siempre no muy lejos de canasta. Añade a su repertorio un lanzamiento de tres más que aceptable, aunque sigue adoleciendo de una ternura descorazonadora a la hora de proteger el rebote. Si mejorase esa faceta estaríamos hablando de un jugador completo y un arma terrible para su equipo.

Lamentablemente y a pesar de ser el primer anotador de Toronto, el mayor protagonismo que la marcha de Bosh le ha concedido engrandece su escaso bagaje en el apartado reboteador e intimidatorio, no llegando ni siquiera al tapón por partido.

Imagino que los Raptors estarán siendo de las franquicias más activas en estos momentos previos al "trade deadline", con poquita cosa que ofrecer pero mucho que buscar en el mercado. Ya se han deshecho los de Colangelo de Jarret Jack, y pensándolo bien, las mayores opciones de traspaso incluyen a Calderón. Lo niegan, pero seguramente el extremeño tendrá que ir en el paquete del traspaso principal que se avecina en el equipo canadiense.

martes, 14 de diciembre de 2010

Salida de los infiernos

Ni el más veterano de los aficionados del Madison recordaba una racha de victorias semejante. Ocho triunfos en línea para colocarle a los Knicks el cartel de equipo revelación de este inicio de temporada. Tampoco entre los jugadores habría una incertidumbre especial entorno al nuevo curso. La realidad supera cualquier tipo de predicción optimista.

Si repasamos de un modo veloz "La Divina Comedia" de Dante Alighieri, podemos hacer una comparación más que amistosa con esta realidad "knick".

Del éxito más pomposo, y casi irreverente en algunos extremos, se llega al hundimiento, al descenso a los infiernos de NY. Un pago por los pecados cometidos estando en lo más alto de la burbuja de un champán bebido hasta consumirse. Cuando no había gota que llevarse a la boca, el encargado de limpiar el cristal simplemente se dedicó a ensuciarlo más. Contratos excesivamente elevados para jugadores con dudoso merecimiento, la entrega del poder total a un desnortado Isiah Thomas y cantidad de decisiones serpenteantes que dejaron en la absoluta ruina el crédito de una franquicia acostumbrada al brillo.

El paso por las brasas hizo arder la llama del desconsuelo de los aficionados fieles. Y parecía poco probable que alguien se atreviese a descolgar una escalera desde la que poder ascender de lo más profundo. Se llamó a Donnie Walsh, a la espera de convertirse en el hacedor de milagros. Trabajo en la sombra a medio plazo, contratación de un entrenador vistoso pero hasta la fecha poco eficaz (D´Antoni), y planteamiento de renovación para hacer acomodo a estrellas de verdad. Se ganó algo de tiempo para afrontar su nuevo plan.

Falló la opción más deseada, y Lebron hizo las maletas para encontrar acomodo en otro destino más cálido. En Nueva York le aguardaban sonrisas de satisfacción, miles de brazos completamente abiertos y un mercado listo para ser explotado. Pero no. "King" James acudió a la llamada de la soleada Miami al grito de guerra lanzado al unísono por Wade y Bosh.

La sorpresa vino con agradecimiento a otro tipo de mercado con etiqueta Lebron. El mercado de los agentes libres trajo a Amar´e Stoudamire, que renunció a ser complemento necesario en un contendiente al título para luchar junto a su antiguo coach en un proyecto de futuro.

Stoudamire lidera el paso por el purgatorio de los Knicks, asombrando a muchos y consolando a los pocos que resistían el calor de las brasas.
El efecto Amar´e arrastra a sus compañeros que mejoran sus prestaciones cada día e incluso un triste Felton recupera sus mejores sensaciones. Pocos recordaban más de una quincena de pases de canasta del ex jugador de North Carolina.
La explosión de los chicos de D´Antoni es vista como un ascenso a un Paraíso liberador de todo pecado que no obstante todavía tiene que ser escrito. De momento contamos con un boceto aproximado y con buena letra. Ahora sólo falta plasmarlo en una serie de folios en blanco.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Crisis de identidad

Hay equipos que de pronto despegan fulgurantemente para darse un golpetazo doloroso contra el suelo. El presagio escrito en alguna parte le daba a los Grizzlies un margen de mejora importante esta temporada, después de haber deslumbrado en fases del curso anterior.
Alguien sentado en cuclillas ahora mismo se pasa la mano por el pelo buscando respuestas ante un decepcionante arranque.

Una excelente pretemporada no dejaba ver la fragmentación que la lucha de egos ha ido creando de las mejores prestaciones enseñadas hace tan solo unos meses.

La película sigue el mismo guión aunque los protagonistas principales gozan de mayores tomas y nadie duda de sus primeros planos. Gay se lanza sus dos zapatillas y las de algún compañero y no guarda para sí ni un ápice de voracidad anotadora. Randolph es aparentemente el pegamento de las piezas sueltas, pero la lucha por un contrato alto puede hacer que abandone la colaboración y negocie en verano con la estadística en la mano.

Sumanos un elemento hasta ahora disperso como Conley, al que el cambio de temporada le ha pillado en plenitud de facultades anotadoras y de presencia en cancha. Más balones y menos opciones para los demás.

Perjudicado como siempre Gasol, que picando piedra termina sacando oro del poco espacio que le conceden sus compañeros. Raro es de nuevo el partido en el que se juega más de una decena de lanzamientos. A pesar de todo, sus porcentajes son plausibles, su cartel sigue intacto y su imagen va en progresión ascendente. Una tarjeta de presentación en la que se puede leer su buena relación con el balón, su entrega, su capacidad de sacrificio y su visión del colectivo. Rara avis en la liga sin duda.

Otro de los damnificados por la avalancha es Mayo, que ha "pactado" su puesto de sexto hombre para comprobar si saliendo en la segunda unidad es posible rascar un poquito más. Lo malo es que si la dinámica no es ganadora su planteamiento puede acabar en una completa frustración.

Sobre el papel, con la incorporación de Tony Allen, el buen hacer del rookie Henry y las de momento esporádicas apariciones con eficiencia del venezolano Vasquez, el esquema cuadraba perfectamente dentro del grupo llamado a ocupar las plazas de arriba. La práctica demuestra que la química funciona con la proporción adecuada de los elementos, y aquí alguno sobrepasa el límite.
Bueno, otros no llegan, como Thabeet. Una decepción a nivel personal, que esperaba un pívot atlético, rápido y un pelín más ágil en sus movimientos. Requiere trabajo, y eso es quizá por lo que hay que apremiarle. Incluso Mutombo, con escasos recursos en sus primeros pasos baloncestísticos, logró altas cotas en su carrera NBA. Un ejemplo y un espejo en el que mirarse.

Pero todo va tan deprisa que quizá no haya tiempo. El negocio devora al ritmo de las pirañas. Y no sólo el tanzano, sino todo el equipo debe salir del lago antes de que no queden ni los restos. Sólo se conseguirá si hay cesión y se aparcan individualidades.